Saturday, January 28, 2017

He-Man y también el Príncipe Adam

Terminando el 2016 salió la noticia de que He-Man había sido asesinado. Cuando se trata de temas de salud, yo me refiero a mí mismo como He-Man y me pienso como "el hombre más poderoso del universo". Tan tonto no soy y claro que voy al médico y me cuido, pero en el fondo tengo la sensación de que todo está y estará bien porque obviamente soy He-Man. Volviendo a la noticia, esta resalta la muerte de He-Man, el súper héroe, pero en realidad a quien asesinan es al Príncipe Adam, el Príncipe de Eternia y miembro de la Casa Randor, la personalidad humana y convencional del súper héroe. Cuando leí la notica me puse a pensar, si tuviera la oportunidad de ser un súper héroe por ratos y un humano convencional por otros, ¿me quedaría siendo súper héroe las 24 horas?, ¿para qué tener momentos de fragilidad humana si puedo ser invencible?. Ese pensamiento volvió a mi durante mi chequeo anual de la vista, cuando a diferencia de otros años me dijeron que había al raro, que mi nervio óptico estaba mucho más grande de lo convencional, que necesitaban hacerme exámenes más especializados para diagnosticar si estaba sufriendo de glaucoma y de ser el caso debía comenzar el tratamiento lo más pronto posible para evitar daños irreversibles. Como he hecho siempre, me disfracé de He-Man y pasé por todos los exámenes que me pidieron, me dilataron el ojo, me hicieron ver lucecitas, y en fin, todo lo que fuera necesario. Finalmente He-Man no le teme a nada y nada malo iba a pasar. Hoy día me tocó regresar a la clínica para que me dieran los resultados, así que me quise disfrazar de He-Man y no pude. No sé si no me quedaría bien el traje o qué habría pasado, pero hoy no funcionó. Hoy solo podía ser el debilucho Príncipe Adam y no me quedó más remedio que ir así. He-Man no tiene problemas y siempre va solo al médico, pero al Príncipe Adam si le hubiera venido bien un poco de compañía y sobretodo de soporte. Pero ya estaba todo coordinado, era tarde para pedir ayuda, así que no hubo más remedio que seguir el plan que era ir solo. El camino no fue tan malo, lo malo fue la espera, porque bien dicen que la espera desespera. ¿Y si me tienen que operar? ¿Cómo haré con el post-operatorio? ¿Y si la operación sale mal? ¿Y si no salgo de la operación?. No sé qué pasó de diferente esta vez pero no tenía como resguardo mi alucinada idea de sentirme indestructible. Ahora más que nunca tenía claro que el auto-engaño que algunos llaman ego y otros personalidad, termina siendo un muy eficaz escudo de protección y claro que una cárcel también. Pero ahora lo necesitaba de escudo de protección y no estaba. Como siempre tenía a mano un libro y por suerte uno muy interesante y pude distraerme un poco pensando en las ideas de otro, porque las mías eran terroríficas. Pasaron los minutos, la espera desesperaba más, finalmente salió la enfermera del consultorio 9, que era adonde me habían mandado, me llamó por mi nombre, me levanté, caminé con paso derrotado y entré al consultorio, como quien entra a que le lean su sentencia de muerte. El médico, con pinta de verdugo, me miró, me saludó y sin invitarme si quiera a sentar me dijo que me felicitaba, que todo está bien, que mi nervio óptico es diferente y más grande, pero porque así es de diferente y de grande, y a veces esas cosas pasan y entonces todo es normal y muchas gracias, que pase el siguiente ... Me alegré, obviamente, pero no fue la alegría de una victoria, fue más la alegría de quien casi cae pero no, ufff, me la libré. Una alegría de quien se siente aliviado, pero no triunfador. Me libré del glaucoma ahora, pero en unos años más vendrá otra cosa. Gané una batalla, pero de seguro perderé otras y finalmente soy consciente de que perderé la guerra. Fue un momento alegre, pero también fue un momento triste, porque me di cuenta de que mi He-Man si había muerto.

Thursday, December 22, 2016

Diario de los Ejercicios 201612Dic22

Diario de los Ejercicios

Lima, jueves 22 de diciembre del 2016

Querido Diario,

Tengo millones de razones para hacer ejercicios y bajar de peso pero nada de motiva, nada me funciona, no logro agarrarle la onda a esto de hacer ejercicios, lo admito. Sin embargo dicen que el ser humano es un animal de costumbres y cómo para este tema me comporto como un verdadero animal, debo concluir entonces que el camino es encontrarle la costumbre. ¿Cómo acostumbrarme a hacer ejercicios?. Tengo todo a mano y debería ser lo más fácil del mundo. Por tanto si el camino de la facilidad no funciona, entonces usemos el camino de la dificultad. Si no es por las buenas, será por las malas.

Levantando la mano derecha y poniéndomela en el pecho decreto: NO usaré el ascensor para subir a mi departamento que está en piso 20. He dicho. Así será. Mente sobre cuerpo. Mente positiva que todo lo consigue.

Peso al 22/Dic/16: 98.10 Kg
Objetivo alcanzado: Llegué hasta el piso 11. Las piernas temblaban pidiendo clemencia, la respiración era agitada y desesperada, el corazón latía tan fuerte que parecía que se me iba a salir del pecho, estaba mareado y finalmente veía puntitos negros. Con suerte pude arrastrarme hasta el elevador para completar el recorrido. #MañanaSeraMejor #SiSePuede #NoTengoPorqueSerGordoPorSiempre #SerGordoNoEsMiKarma #MenteSobreCuerpo #AdelgazarOMorir #HayQueQuemarGrasa #QueEstoyHaciendo #DiosMioAyudame

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Tuesday, September 20, 2016

Dar y recibir. Servir

¿Cómo aprender a dar y a recibir desde la posición correcta?. ¿Doy por qué me sobra?. ¿Se pedir ayuda?. Debo confesar que a pesar de llevar mucho tiempo en relaciones de ayuda, me sigo dando cuenta de que me falta mucho por aprender para hacerlo desde la posición correcta. Hoy día me entregaron un generoso donativo de colores, lápices, tizas, tajadores y etcéteras, que nos enviaban desde El Agustino. ¿Desde qué posición nos hacen este donativo?. ¿Desde dónde les sobra?. No. Ellos hacen miles de labores y actividades, y si no es que necesitan todo eso ahora, lo necesitaran en un futuro cercano. Yo creo que nos hacen el donativo porque creen que nos hace falta. Y aunque a ellos de seguro les hará falta en un futuro cercano, los necesitados ahora somos nosotros y nos priorizan. Dan desde la necesidad del otro. ¿Y cómo recibir ese donativo?. Llevo mucho tiempo con la idea de movilizar recursos en la zona en donde acompaño, La Ensenada en Puente Piedra, pero la verdad es que no he llegado a concretarla. ¿Se pedir ayuda?. Me viene a la cabeza eso de "ayúdame a ayudar". Ojo, te pido por el otro, pero no por mí. El que necesita es el otro. ¿Necesitar yo? ¡No pues, como se te ocurre que va a ser para mí!. Pero me acabo de dar cuenta que sí, que soy yo el necesitado, que ayudar ya dejó de ser una actividad extra curricular. Eso que antes era ayudar se ha convertido en servir, y el servicio se ha convertido en una parte central de mi vida. ¿Necesito de ayuda para servir?. Si, claro. No es el otro el único que necesita de la ayuda, reconozco que soy yo el que la necesita también, y eso nos hace iguales. Así que mis queridos hermanos de El Agustino no solo han donado lápices y colores, me han ayudado a comprender, porque ellos son grandes y grandeza si les sobra. Gracias por la lección: ayúdenme a servir.


Saturday, July 30, 2016

¿Y si no lo hubiera hecho?

¿Y si no lo hubiera hecho? Pero la verdad es que si lo hice y ahora me doy cuenta de que fue un error. Las consecuencias no se dieron precisamente como yo lo hubiera querido, así que solo me queda enfrentarlas, no será nada fácil, pero soy consciente de mi responsabilidad. Pero a pesar de eso me sigue atormentando la pregunta: ¿y si no lo hubiera hecho? La verdad es que no tenía otra salida. Pensé eso en el momento de tomar la decisión y pienso de la misma manera ahora mismo con la cabeza fría y con la serenidad que te da el tiempo y la distancia. Realmente no tenía otra salida. Sabía además que tomar la decisión sería duro y difícil, pero siendo que era completamente necesario, no había lugar a dudas. Lo hice. Pero siendo honesto nunca tuve la sensación de que fuera la mejor decisión o lo mejor por hacer. Era necesario, pero no necesariamente lo mejor. Supongo que esa sensación de no ser ni bueno ni lo mejor podría haber sido un aviso de que las consecuencias no serían para nada positivas. El resultado en realidad fue nefasto, fue inesperadamente nefasto. Ese factor sorpresa creo que además agravó las cosas. Si hubiera sospechado o previsto que algo así llegaría a suceder podría haberme preparado, tomado alguna medida, no lo sé, haber hecho algo, en lugar de solo esperar a que las cosas se desmoronaran y saliera todo tan mal. Si pudiera volver el tiempo atrás trataría de hacer las cosas diferentes para conseguir diferentes resultados, no sé bien como podría hacerlo, pero lo intentaría. O cuando menos si pudiera regresar en el tiempo me prepararía para lo que iba a venir después. ¿Pero podría haber hecho algo así? ¿Podría volver en el tiempo y prepararme para las consecuencias del error que cometí? Si eso fuera posible, ¿podría hacer algo así ahora? ¿Podría prepararme para las consecuencias de los errores que estoy cometiendo ahora mismo? ¿Cómo puedo reconocer los errores que estoy cometiendo ahora mismo si solo me doy cuenta de que es un error por los resultados que obtengo? Si los resultados fueran positivos o favorables no sería un error, ¿cierto? Solo cuando los resultados son negativos es que lo considero un error. Pero los resultados los veré después, no ahora. Entonces, ¿cómo darme cuenta de que estoy cometiendo un error ahora mismo? ¿Es eso posible? ¿Cómo reconocer que me estoy equivocando y cometiendo un grave error en el momento preciso de hacerlo y antes de los resultados? El error, es error independientemente de los resultados, ¿qué lo define como error? De todas las cosas que estoy haciendo ahora mismo, sé que en algo, cuando menos en algo, me estoy equivocando. Solo de eso puedo estar seguro ahora mismo y por lo pronto no me queda otra opción que tener que lamentarlo en el futuro.

Sunday, December 27, 2015

Y fue así como me teñí la barba

Tengo la barba de color negro azabache, teñida, obviamente. Recién ahora que veo el cambio de color me doy cuenta que la tenía de un color gris opaco, triste y salpicada de canas. Por eso cada vez que me afeitaba me decían que me quitaba muchos años de encima. Según creía, eso no me importaba. Llevar la barba descuidada era un simple hecho de practicidad, afeitarse a diario es un martirio y yo solo estaba siendo práctico. Afeitarme tampoco era un tema de vanidad, ¿cómo iba yo a ser vanidoso?. El asunto de tener una barba triste, era precisamente una muestra de todo lo contrario. ¿Experimentar vanidad yo?. ¡Jamás!. Y qué hay del complejo de sentirme viejo, ¿algo de eso acaso?. Nada, ni un poquito. Precisamente las canas eran la mejor prueba de que yo llevaba la vejez con dignidad. ¿Algún miedo tal vez?. Ninguno, yo me creía un tipo desapegado, casi casi más allá de la experiencia humana. Yo estaba más allá de todo eso. No me permitía superficialidades, ¿cómo iba a ser?. No se suponía que luego de tanta terapia y tanto taller de auto-conocimiento y meditación debería haber superado traumas y complejos y debería estar mucho más arriba de todo ello. Si pues, eso creía yo. 

Pero la vida es sabia y me ha hecho entender que yo no me voy a iluminar en esta vida, no pues, los altares no son el sitio que me corresponde a mí. Haber hecho esta afirmación me saca de encima una enorme responsabilidad, la tarea de iluminarme ha salido de entre mis pendientes de vida. Y eso de estar más allá de miedos, de traumas, de complejos y flotar como un ser desencarnado y desapegado de todo lo mundano, no, eso tampoco es algo que me corresponda. Si la vida fuera una gran fiesta, a mí no me tocaría el estrado, ni tampoco el salón principal de los invitados. A mí me tocaría estar en las áreas de servicio, atendiendo, sirviendo, viviendo. Descubrir eso me ha hecho más humano y con la mirada más dirigida a la tierra. Reconozco claramente el miedo que siento luego de haber atravesado la mitad de la vida, no es precisamente miedo a morir, pero si miedo a decaer, a perder habilidades, a perder fuerza, a perder alegría, a tener una vida con una barba triste. Reconozco mi angustia por sentir que la juventud me abandona, algo contradictorio porque es ahora que me siento más libre y más capaz que nunca en la vida, pero es precisamente tanta libertad la que me angustia y tanta auto-exigencia de mostrar resultados correctos, porque se supone que a estas alturas debería haber aprendido algo, ¿no?. Reconozco en general que soy humano, que tengo fallas, que soy débil y que gracias a todo eso es que no estoy en el cielo, sino que estoy aquí en la tierra para cumplir mi misión, para servir. Una vez que entendí que todas estas supuestas debilidades jugaban a mi favor, decidí que mejor sería si jugáramos en equipo. Así que agarré todas mis "flaquezas" y decidimos ponernos a jugar a la barbería y fue así como terminé con la barba de color negro azabache, gracias a un largo y tedioso proceso de teñido que probablemente no vuelva a repetir, eso aún eso no lo sé. Mi enorme flojera me estaría impidiendo repetir la experiencia, es mucho trabajo la verdad, sin embargo mi vanidad está tomando fuerza luego de ver los resultados frente al espejo. Si claro, la vanidad también se unió al grupo. En general todas las características humanas están incluidas, ninguna se excluye, todas son bienvenidas y celebradas, porque es precisamente gracias a ellas que puedo estar con los pies sobre la tierra y no flotando por los aires.

Ahora camino feliz por la vida con una barba juvenilmente negrita, de un negro chivillo diría mi abuela. La llevo como un signo de mis miedos, de mis complejos, de mis traumas, de cómo celebro mi humanidad imperfecta, de cómo juego con mis supuestas debilidades y cómo es gracias a todo eso que soy más humano y más aterrizado en la tierra.

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Tuesday, November 24, 2015

Un Domingo Solidario con las Hermanas Reparadoras

Participar en el 3er Domingo Solidario que organizan las Hermanas Reparadoras ha sido una experiencia gratificante, enriquecedora, movilizadora y profundamente humana. Conocía del trabajo que ellas realizan y aunque me habían invitado en ocasiones anteriores recién esta vez pude asistir. La invitación era breve: participa con nosotras en la construcción de una casa en las alturas de la Ensenada (Puente Piedra). Cuando acepté la invitación creía que era yo el que ayudaría a alguien, para pensar así había generado una división, por un lado estaba yo, quien era capaz de ayudar y por otro lado, quien necesitaba de la ayuda. Por una parte es real, existe esa división, pero también existe algo que es común y que une ambas partes, ese algo que solo vine a descubrir ese mismo día, mientras cargaba la arena y las piedras, es decir, allí mismo en la acción solidaria. Comenzamos el día tomando desayuno juntos, comíamos rico mientras recibíamos a los que iban llegando, todos con el mejor espíritu y la mejor disposición. Yo no conocía a la mayoría, pero el que tuviéramos una tarea común nos hermanaba, cuando menos por ese día, así que los saludos desde un inicio eran fraternales. Sintiéndome alegre de ayudar y acompañado de las mejores personas nos pusimos manos a la obra, subimos por un camino de pista asfaltada y aún sin veredas, seguimos subiendo hasta donde ya no había pista asfaltada, el camino entonces se convirtió en tierra afirmada y finalmente se acabó el camino llano y comenzaron las escaleras. Estábamos subiendo el cerro y la única forma de hacerlo con una pendiente tan pronunciada era con escaleras.  Al pie estaba el material que debíamos subir, arena y piedra en cantidades que lucían bastante manejables. Comenzamos a llenar los costales y subimos el material en una cadena humana, una maravillosa cadena humana de solidaridad. La subida era larga y nuestra primera cadena solo llevó el material a la tercera parte de la subida. Pero seguían llegando más personas a quienes recibíamos con mucha más alegría porque el cansancio comenzaba a hacerse notar y se hacía evidente que necesitábamos más manos. Hicimos una segunda cadena y hasta una tercera hasta que llegamos al final de las escaleras. Ese era el final de las escaleras pero no era nuestro destino final. Aún faltaba un último tramo peligrosamente empinado de arena seca muy resbaladiza. Fue cuando vi lo inaccesible del tramo final que me pregunté dónde estaba Dios en todo esto. Fue al hacerme esta pregunta que rompí esta distancia de ayudador / ayudado y me metí en la realidad. Me metí en una realidad que me impactó. Dicen que Dios a veces toca nuestros corazones, pero a mí en ese momento me lo apachurró, me lo estrujó y me lo hizo una bolita. Aproveché que tomábamos un descanso para separarme del grupo con la intención de reponerme del impacto de la realidad y para genuinamente seguir cuestionándome donde estaba Dios. No tengo una respuesta a esa pregunta, supongo que seguiré haciéndomela cada vez que vea una realidad tan dura, pero en parte si me lo pude responder. Yo en ese momento me sentí más conectado con la realidad que nunca, ya no era ajeno, esa realidad que estaba frente a mí me impactaba, me removía, me llegaba, me alcanzaba y me atravesaba. Hubo algo en ese momento que me conecto con todo, llámalo energía, llámalo sentido de unidad, llámalo universo, pero yo prefiero llamarlo Dios. En realidad prefiero llamar el amor de Dios a eso que me conecto con la realidad para vivirla, que es para eso para lo que se me ha dado esta vida, para vivirla. La verdad es que tengo algún recorrido en esta aventura de ayudar a las personas y creo que este amor de Dios ya lo había experimentado antes, pero en una versión de amor más romántico, en donde estaba más enfocado en la alegría que causaba en quienes recibían la ayuda y en cómo me sentía yo feliz de dar, de ayudar, de colaborar. Sin embargo esta vez fue diferente, fue el amor de Dios  pero en una versión un poco más madura, más adulta, o sea si había la alegría de ayudar y de dar, pero ahora se le sumó el amor por compartir, por hacerme sentir parte de esta realidad, por meterme de lleno en una experiencia de vida mucho más profunda, mucho más conectada con todo y con todos, en donde yo no solo soy el ayudador sino que también soy el ayudado, no solo doy, sino que recibo. Y la verdad es que esta vez creo que fui yo quien más recibió. Escribo esto al día siguiente del 3er Domingo Solidario, me duele la espalda y varios músculos, es solo mi cuerpo el que necesita unos días de reposo para estar completamente repuesto. Mi corazón está recargado y mi alma llena, me siento completamente listo para continuar con esta maravillosa experiencia que es vivir, así que desde ya me apunto en la lista para participar en el próximo Domingo Solidario.

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Friday, May 15, 2015

Familia, la que me toca y la que elijo

La verdad es que algunos de mis familiares me caen pesados y no los tolero, si hubiera tenido la oportunidad de escoger, francamente no los hubiera escogido. Si alguien se ofende al leer esto, lo siento, sóbate. Pero es una verdad, y no solo mía, sino que creo que le pasa a todo el mundo, además no es nada nuevo, pero lo más importante de todo es que escribirlo es francamente liberador. Pero por otro lado (porque por suerte siempre hay otro lado) existen algunos familiares que yo si hubiera escogido y volvería a escoger, pero ya no solo como parte de la familia extendida, sino de mi familia más cercana, la más nuclear y vital. Mi primo Martín, es en realidad mi hermano y debería haber tenido ese título, que lo tiene de forma honorífica pero además debería tener el título biológico. Siempre estoy en contacto con él, a pesar de que por cosas de la vida él vive en el otro lado del mundo. Pero ahora con la tecnología podemos estar en comunicación constante, eso se puede ahora, porque pasamos un montonón de años en que ninguno supo nada del otro, pero ahora ya nada de eso importa. Martín me llama cuando se le antoja, me llama mientras maneja bicicleta o mientras hace sus compras hablando en idiomas rarísimos, no me llama por ninguna razón específica, me llama porque ya pasó mucho tiempo sin llamarme y se le antoja hacerlo. Nuestras conversaciones comienzan sin tema, pero siempre terminamos hablando de cosas increíblemente personales y notablemente profundas, siempre musicalizamos nuestras conversaciones con sonoras carcajadas y siempre cortamos porque la vida continua y algo hay que hacer y nos interrumpe. Creo que podemos llegar a ser así de personales e íntimos porque siempre hablamos de nosotros. Cuando le cuento que algo me pasa o que siento, estoy convencido que eso es algo que a él también le pasa y que él también siente. No espero que me entienda o que se ponga en mis zapatos, estoy totalmente convencido de que sus zapatos son iguales que los míos, algo confirmado porque siempre me responde contándome una historia similar en donde en el fondo le pasa lo mismo. Mis historias son sus historias y al final terminamos con una historia en conjunto, que no solamente es de los dos, sino que decimos que es de la familia, y terminamos así riéndonos de nosotros y riéndonos con nosotros. Con Martín me puedo sentir parte de un grupo, de una familia, tal vez este sea el verdadero sentido de familia, uno que va más allá del vínculo biológico o genético. Físicamente no somos dos gotas de agua, me parezco mucho más a otros familiares con quienes no tengo este mismo nivel de conexión. Martín es mi primo por decisión de la vida, pero yo lo he escogido como mi primo favorito, como siempre le digo, pero en la práctica es mi hermano favorito. Me doy cuenta entonces que la familia comienza siendo lo que uno recibe, y que algunas veces no puede cambiar, pero termina siendo lo que uno quiere que sea y con quienes uno quiere que sea. Ahora puedo otorgar títulos familiares honoríficos de acuerdo a mis gustos, pero también de acuerdo a mis necesidades. Si pues, necesidades, no es solo cosa de gustar, sino también de necesitar del otro, de que se vuelva necesario en mi vida y claro, como fue necesario al comienzo de mi vida, cuando yo no podía elegir, eligieron por mí, pero ahora que las cosas son diferentes, tengo la libertad de hacer ciertas modificaciones, ajustes y cambios. Y la verdad, es que creo que nada de esto es nuevo, y que todos lo hacen. Pero escribirlo, ponerlo en blanco y negro lo hace más consciente, más claro, me hace más libre, más integrado. No tengo que querer a quienes me caen pesados, tengo que lidiar con ellos porque son "familia", pero por otro lado, si puedo querer a quienes me caen bien y con quienes disfruto compartir la vida y que son parte de mi familia honorífica porque los necesito.

A todos los que son parte de mi familia honorífica les agradezco la vida. Si sientes mi genuino agradecimiento en tu corazón ahora mismo que acabas de leerme, ten por seguro que eres un miembro importante de mi familia honorífica. Pero por si acaso estés confundido y no sabes si me estoy refiriendo a ti, ten por seguro que yo si te he dicho que te quiero mucho, y si no lo he dicho en palabras lo he demostrado en acciones. Pero si aún con eso no sabes si me refiero a ti, de seguro en algún momento te he dicho que eres mi algo, mi hermano/a, mi tío/a, mi primo/a, mi papá/mamá, mi maestro/a, mi profesor/a, mi chochera, mi gente, mi médico-de-cabecera y hasta mi hada-madrina, porque hasta personajes mágico-celestiales tenemos en esta familia. A todos Ustedes mi familia honorífica los quiero y les agradezco inmensamente por ser y por estar.  Sobretodo hoy día más que nunca, porque hoy me he pasado el día enfermo en casa y a ninguno de Ustedes he llamado (o molestado) pero es que recién ahora me doy cuenta que también los necesito, aunque sea para prepararme una sopa de pollo, pero estoy aprendiendo y para la próxima te llamaré, o intentaré hacerlo cuando menos.

Pedro Cotillo (a) "stripper emocional"

Sunday, May 10, 2015

¡Gracias maternidad!

Esta mañana me dijeron: eres una madre. Me lo dijeron porque yo había decidido tomar una decisión personal muy importante basándome solo en mis emociones y en cómo me sentía al respecto. Si convenía o no, si era útil o no, si funcionaba o no, nada de eso me importaba, solo era importante como me sentía. Ese comentario solo me produjo risa y la verdad es que no le tome mucha importancia. Horas más tarde, prendí el televisor para acompañarme durante el almuerzo y siendo víspera del día de la madre fue fácil caer en un especial sobre las sorpresas de los hijos a sus madres y por alguna razón me enganché. Era un programa de esos super emotivos que antes hubiera pasado por alto sin pestañear, pero que ahora me interesó. Y así en medio del arroz chaufa y el pollo con verduras del almuerzo, comencé a reír a carcajadas, y luego pasé a llorar incontrolablemente y luego de vuelta a la risa y así en un carrusel de emociones. Conscientemente me sentía conectado con las personas que veía en los diferentes videos y mis emociones fluían con ellos, entonces entendí que efectivamente me estaba comportando como una madre. Si pues, estaba en contacto con mi lado maternal, entendido como esa capacidad de conectar mis emociones con un otro y para el otro. Todo esto fue solo un ejercicio de calentamiento para la sesión de consejería que tendría solo unos minutos más tarde y que me ayudó a recordar la importancia de la conexión emocional. Si pues, además de todo lo que soy, también puedo ser una madre.

Para mí los segundos domingos de mayo (el Día de la Madre en el Perú) son los días de la maternidad. Saludo y agradezco a todas las personas que con su maternidad me ayudan y ayudan a que este mundo sea mejor. Agradezco a las muchas mujeres maternales que forman parte de mi vida, con quienes me siento cuidado pero sobre todo fortalecido para seguir en el camino. Me han enseñado que puedo ser fuerte y tierno, y que esta maravillosa combinación me hace ser un mejor consejero y una mejor persona. Agradezco a todos los hombres maternales, que me han dado el ejemplo de cómo poder conectar con mis propias emociones. Me han enseñado que ser emocional es un agregado positivo, que sirve de sustento y soporte a todo mí ser mental.

La maternidad cuida, protege, alienta, soporta, sostiene, apapacha, sana, comprende, espera, motiva, fortalece, te da la base para sentirte parte de alguien, y sobre todo de sentir que eres amado incondicionalmente. ¡Gracias maternidad!

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Wednesday, April 29, 2015

Confío o no confío

Manejaba por la Avenida Alfonso Ugarte, en pleno Centro de Lima en hora punta. Carros particulares y buses de transporte público peleábamos por un poco de espacio que nos permitiera poder avanzar. De pronto se pone a mi costado una camioneta, me toca el claxon, y me hace una seña con la mano, así como señalando para el piso. Como estábamos casi detenidos, bajé la ventana del copiloto, puse cara de que no entendía y entonces la persona me gritó: tu llanta, ¡mira tú llanta!. Agradecí la ayuda con la cabeza y levantando la mano, y me predispuse a girar para ponerme a un lado de la calle y revisar que pasaba con la llanta. Logré esquivar más carros y más buses y con suerte llegué al lado derecho donde podía detenerme y cuando lo iba a hacer, se me ocurrió que tal vez me estaban engañando, que lo que querían era que me estacionara para robarme. No lo pensé dos veces y seguí la marcha. Cada vez que podía ponía el carro en neutro y sentía que avanzaba como siempre, así que llegué a la conclusión de que efectivamente ese era un engaño y que bueno que no había confiado en esa persona. Estaba cerca de casa, así que lo mejor sería llegar al estacionamiento y estando en un lugar seguro revisar lo que fuera necesario. Pasado el nerviosismo y aún convencido de que lo que me había ocurrido era un intento de robo, porque efectivamente Lima es una ciudad peligrosa y no conviene confiar en nadie, me puse a pensar que tal vez no sería un robo, sino solo una persona que vio mal. No tenía forma de saberlo hasta llegar a casa, así que lo único que pude hacer fue angustiarme. Llegué a casa, bajé, revisé y era cierto, la llanta estaba un poco baja, no tanto como para que lo notara al momento de manejar, pero efectivamente era una buena idea inflarla lo antes posible. La persona que me había ayudado tuvo una buena intención. Yo había decidido no tomar su ayuda, preferí dudar de este amable desconocido y protegerme de un potencial engaño. Esto me ha hecho preguntarme si quiero seguir viviendo sin confiar en la gente y me respondo que no. Pero como se hace para encontrar el punto medio, ¿cuándo si confiar y cuándo no?. Luce muy seguro aquello de desconfiar en todos los casos, pero emocionalmente no me deja un buen sabor. ¿Cómo me dejo ayudar si no puedo confiar en el otro?. Eso aún yo no lo sé, ¿y tú?.

Saturday, August 16, 2014

El Amante

Ella me dijo que me amaba y yo le creí. Me lo dijo mirándome fijamente a los ojos y por eso estuve convencido de que era verdad. Quería tocarla para estar seguro que el momento era real, pero teníamos la mesa entre los dos. Le pedí que lo repitiera y lo hizo. Me esforcé por ver más allá de sus ojos y efectivamente lo sentí, ella si me ama. La alegría la sentí estallar en medio del pecho, fui por unos pequeños instantes el hombre más feliz del mundo, tal vez debí pararme y abrazarla, detener la conversación, llevarla a la cama y hacerle el amor. Pero mi cuerpo no se movió, sabía que la conversación debía continuar. Me reiteró por tercera vez que me amaba y esta vez lo hizo sonriendo, porque había notado la gran sonrisa que yo tenía en el rostro. Pero también amaba a su familia y no podía dejarla. Su marido era un buen hombre y no se merecía algo así, pero sobretodo su pequeño hijo no se merecía crecer alejado de un padre que era tan bueno. Ella lo había pensado bien, me conocía y estaba segura que yo no tenía el instinto paternal. No sé si algo así exista, pero para mi desgracia ella si tenía razón en eso, nunca lo admití, pero si tenía razón, yo no tengo vocación de padre ni ningún afán de criar un hijo. Me explicó que cuando nos encontramos de casualidad en el sitio de juegos para niños había entrado en duda. Un día de causalidad yo estaba con mis tres sobrinos y ella con su hijo. Ya teníamos una relación y no pude evitar saludarla y como los niños son niños, mis sobrinos se hicieron amigos de su hijo y todos juntos nos pusimos a jugar. Tengo un lado lúdico que puedo dejar salir muy fácilmente y jugar con niños es muy divertido, así que todos congeniamos muy bien y la pasamos genial. Su hijo por algún tiempo reclamó a su tío, o sea a mí, y el padre intrigado comenzó a preguntar, así que para evitar sospechas tuvimos que organizar un nuevo encuentro pero esta vez con el padre, el marido de ella, si pues, incómoda situación, pero en esos casos, se hace lo más inteligente, que es jugar. Así que me dediqué a los niños, casi no la vi a ella y entonces el marido despejó sus sospechas y me identificó más como amigo de su hijo que de su mujer. Ella esperó, en vano, que yo cambiara luego de eso. Esperaba que yo despertara algún interés paternal en el niño, la verdad no entiendo a que pueda referirse con eso. Le preguntaba si el niño estaba bien, pero como educadamente uno pregunta sobre los familiares de los amigos, pero nada más. Mi lado de padre era una batalla perdida y pelear para perder no es mi estilo. Dejé que ella continuara hasta que cambió el tema a su marido. Ese era mi tema, me acababa de decir que me amaba y nunca dijo que lo amara a él, era entonces mi momento de contestar, de replicarle. De decirle que yo podía hacerla mucho más feliz que él. Conmigo había sentido cosas que jamás había sentido con él, ella me lo había dicho. Me dijo miles de veces que extrañaba el contacto de nuestras pieles y que esperaba con ansias nuestro próximo encuentro. Empecé a recordar todas las cosas que nos dijimos, quería juntar todas sus palabras para usarlas como argumento a mi favor, y todo lo que podía recordar giraba en torno a los mismos temas, sexo, nuestros cuerpos, nuestras sensaciones, lo rico de conectarnos en la cama. Nunca planes, nunca la vida, nunca sentimientos compartidos. Nuestros encuentros eran de tiempo limitado y eso los hacía más intensos, pero más monotemáticos, sexo. Es por eso que ahora que me dice que me ama me emociona tanto, porque nunca antes habíamos hablado de sentimientos y ahora ella me habla del sentimiento máximo, del amor, de ese amor que tanto busco y anhelo. Pero la verdad es que yo solo soy su amante, el amante de cama, el que la ayudaba a sobrellevar una vida sexual poco satisfactoria, pero quien no es necesario en los otros aspectos de su vida. Si pues, ser el amante me había funcionado antes, muchas veces, yo buscaba ese tipo de relaciones porque pensaba que eran perfectas y sin problemas, si pues, eso decía yo. Pero es la primera vez que quiero una relación de verdad, quería desesperadamente que ella me amara y no, no es verdad, soy su amante, ella no me ama. La miro una vez más a los ojos, tengo la esperanza de volver a ver lo que vi, le pido que me lo repita, y lo hace, pero esta vez logro ver la verdad, ella no me ama.

Sunday, December 8, 2013

En mi mundo cuadriculado

Soy ingeniero de formación, de vocación, de naturaleza y de estructura cerebral fundamental. Hago millones de otras cosas más, pero soy consciente que mi cerebro funciona estructurada y lógicamente y salir de eso me cuesta la vida. Como además de ser un cerebro con patas, también soy un ser humano con corazón, resulta que me involucro en actividades de ayuda social que ciertamente me llenan el espíritu. Pero (si pues, siempre hay un malévolo "pero" en todo) me resulta muy complicado el asunto de llegar a los sitios que no tienen direcciones claras (claras para mí, obviamente, porque parece que para el resto es clarísimo el asunto). Yo sé, es vergonzoso y no debería ser tan complicado, pero lo es y lo admito. Me movilizo por las calles con un GPS, o con Google Maps y antes miraba el mapa de calles en la guía telefónica antes de salir. Yo salgo de mi casa sabiendo cual es mi destino final y hacia allá me dirijo, listo, punto final, no hay más vueltas. Por eso cuando me dicen para ir a algún evento social yo levanto la mano feliz, me lleno de emoción y todo va perfecto, hasta que pido que me den la dirección de adonde debo ir. Obviamente, y digo obviamente porque siempre me pasa, y si siempre me pasa no sé por qué no termino de acostumbrarme y ya, y bueno, y así soy yo, pues resulta que la dirección es una cosa complicada que no se encuentra en ningún GPS, ni mapa electrónico, ni Guía de Calles Perú 2000. Entonces el dato es Manzana algo, Lote otro algo, con suerte hay urbanización y distrito. Si pues, yo sé que esa es la realidad de Lima y del Perú en general, pero es un problema para mí y que le puedo hacer. Así que siempre pongo cara de perdido y entonces me tratan de ayudar con referencias adicionales, como que sigues a los buses del chinito, te bajas en el paradero de la panadería y doblas a la izquierda tres cuadras. Yo sigo con cara de que no entiendo nada y no sé cómo a todos les parece tan claro el asunto. Me repiten como si yo no entendiera el idioma, si pues, el paradero de la panadería y todos tienen clarísimo donde queda eso y ya pues, yo solo digo, ok, si claro, el paradero de la panadería. Como Dios ayuda a los que ayudan, entonces siempre termino confesando que no tengo la menor de cómo llegar y que si por el amor de Dios alguien va conmigo y siempre alguien generosísimo se ofrece y me dice que claro que sí, que yo solo debo llegar al rompe-muelle antes de la ferretería y que allí me espera y vamos juntos. Entonces mi angustia aumenta y ya casi en desesperación les digo que yo soy así de desubicado en todas partes y por eso tengo GPS y reviso mapas y demás, o sea, tú no eres el problema, soy yo, dame por favor una dirección adonde llegar, algo que diga calle tal, número cual, algo que yo pueda poner en el aparatito que me va guiando y yo obediente iré doblando izquierda y derecha y de segurito así si llego. Supongo que mi cara de angustia y de andar perdido en el mundo es convincente y entonces por allí alguien se ofrece a ayudarme. Si pues, todo el mundo cree que es lo máximo ser así de estructurado y metódico, pero tiene sus grandes trabas y limitaciones. Si pues, es una limitación y dicen que estas se mantienen mientras uno lo permita. Aprovecharé entonces el verano para practicar el perderme, ir a la aventura, dejar en casa el GPS, las guías de viaje, las guías de calles y demás ayudas. Aprenderé a perderme, a soltar, a relajarme. Confío en que Dios sabrá cuidarme mientras esté perdido.

Saturday, November 9, 2013

Un robo, una noticia más

El miércoles pasado robaron mi casa. Si pues, tal como se lee en las noticias. Que le reventaron la puerta a no sé quién y se llevaron no sé qué cosa. Bueno, ese no se quien fui yo (o fuimos toda mi familia completa) y esa no sé qué cosa, en realidad fueron muchas cosas valiosas, mías de mí y que me costaron mucho esfuerzo comprar. Y como para sazonar más la situación desde entonces he recibido varias de esas frases célebres que deberían ser borradas de nuestro idioma. Cosas como que debería alegrarme de que la situación no fue peor porque no hubieron daños personales, si claro, a ver que te pase a ti para que veas si esa frasecita te consuela de algo. Perdí cosas valiosas, así que tengo derecho a quejarme. Claro, está también quien me dijo que era una lección para practicar el desapego, si claro, las cosas materiales no son importantes y eventualmente me las puedo volver a comprar así que no debería apegarme a ellas. A ver pues, que te pase a ti y luego me cuentas. También hubieron varios que culparon a la ciudad y a la alcaldesa y que esto pasa porque vivo en Lima y esto está cada vez más peligroso, y casi que me vaya a vivir a al polo norte porque los pingüinos no roban. También he recibido las quejas de muchos que dicen la policía es una porquería, que el sistema no sirve de nada y casi que le vaya a tocar la puerta al presidente o que mejor, contrate a unos malditos rateros y que juntos le reventemos la puerta del Palacio de Gobierno para ver si así hace algo.

Los que me quisieron consolar no tenían idea de lo que yo estaba experimentando, solo se lanzaron con una frase cliché para salvar el momento. Sus consciencias quedaron tranquilas luego de haber dicho algo apropiado y listo. Los que aprovecharon la oportunidad para quejarse del sistema tampoco tenían idea de lo que yo estaba experimentando, simplemente aprovecharon el momento para expresar su rabia interna y sus quejas personales. ¿Es tan difícil empatizar con un caso que vemos a diario en las noticias o que escuchamos constantemente? Para mí sí. Cuando caminaba en dirección  a la comisaria o buscando al cerrajero para que reconstruyera las puertas veía las de los vecinos y recordaba las muchas veces que en lo largo de muchos años escuché historia de robos similares. Mi reacción para ese entonces era nula. Solo escuchaba la historia y seguía de largo. Entiendo entonces que ahora que estoy del otro lado la mayoría de gente no pueda empatizar conmigo. Lo entiendo, pero no por eso deja de joderme y dolerme.


No planeo llorar como La Magdalena, pero si tengo ganas lo haré. Si me escuchas renegar un poco, solo entiende que tengo derecho de hacerlo. No necesito ser consolado, me sirve mucho más ser acompañado y si quieres reniega conmigo. Si mi molestia te altera y no sabes qué hacer con eso, es mejor que me lo digas, juntos sabremos cómo manejarlo, pero querer consolarme egoístamente no es la solución. Si nunca te han robado en la vida, puedes preguntarme cómo se siente y yo te contaré, por ahora solo necesito que sepas que no es tan fácil como la gente dice. Si eres mi amigo y tenemos fotos juntos, mándamelas para poder reconstruir parte de la información que perdí y que ya asumí que no podré recuperar jamás. Y para terminar, si además eres un amigo especial, mándame alguno de esos e-mails memorables que alguna vez te mandé porque si te quiero mucho de hecho te he declarado mi amor incondicional por escrito o cuando menos algo chistoso te debo haber enviado.

Saturday, November 2, 2013

Amor y sexo

"El amor refleja al niño que llevamos dentro. Todos amamos como niños, pero lo expresamos como adultos". Lowen, A. - Amor y Orgasmo

Él la había invitado a salir pero siempre tuvo la intención de llevarla a un lugar íntimo y privado. Ella lucía tan inocente cuando le dijo que sí, que él hasta se sintió un poco culpable de sus intenciones. Llegaron a la recepción del hotel y ella no pareció asombrarse, él entendía que ella no se daba mucha cuenta de adonde la llevaba. Al llegar a la habitación él fue muy dulce y delicado con ella. Había tenido malas experiencias antes y no quería fallar esta vez. Se había entregado a la pasión las veces anteriores e incluso alguna lo acusó de tosco y grosero, así que esta vez sería todo un caballero. La llevo a la cama agarrándola dulcemente de la mano y con mucho cuidado le sacó la ropa. Tenerla tan cerca le permitía olerla y eso lo excitaba mucho. Ser precoz era algo contra lo que había luchado y con suerte vencido, así que ya sabía cómo controlarse en esos momentos. De seguro sería de las primeras veces de ella, él pensó, así que sería mejor ir despacio para no asustar a la presa. Y es que así era como él se sentía, como una fiera a punto de devorar a su presa, pero esta vez vestiría a su fiera con ropas de caballero. Una vez que ella estuvo desnuda la llevó con ternura a la cama y se arrodillaron uno frente al otro. Él la tocaba tierna y suavemente. Disfrutaba centímetro a centímetro de la suavidad de su piel y podía sentir como ella se estremecía de las ganas contenidas. Él pegó su pecho contra el de ella y entonces la temperatura comenzó a subir, se acercó aún más y sintió como su firme erección era lo único que separaba sus cuerpos. No quería asustarla con movimientos toscos o bruscos, así que se movía lentamente, como una fiera que espera pacientemente a que se acerque su presa. Una vez que la recorrió toda con las manos, sentía que ya no podía más. La suavidad de su piel y la formas de sus curvas lo tenían loco y él se controlaba por tratarla como la señorita que era. Con mucho cuidado la echó sobre la cama, se aseguró que estuviera cómoda, incluso arreglo su pelo sobre la almohada y con delicadeza se colocó sobre ella. Le dijo que no tuviera miedo, que él sabía lo que hacía y que nada le iba a doler. Tuvo la precaución de ponerse el condón rápidamente para que ella no se sintiera abandonada o sola y regresó rápidamente a la escena. Se colocó sobre ella, con mucha paciencia separó sus piernas y comenzó a penetrarla con suavidad. Hizo su mejor esfuerzo por moverse lentamente y así controlar la pasión que lo invadía, para así darle tiempo de disfrutar a ella, pero no pudo mantenerlo durante mucho tiempo y finalmente llegó a un clímax ensordecedor que le hizo gritar descontroladamente por tanta pasión contenida. Él había sentido que eso era lo más cercano que había estado de hacer el amor. Se sintió más humano que nunca y terminó sintiéndose enamorado de ella. Era su momento de dejar de tener solo sexo y comenzar a sentir amor. Se sintió satisfecho de su desempeño y se despidió de ella asegurándole que la llamaría al día siguiente.

"El amor promete la satisfacción que la sexualidad ofrece". Lowen, A. - Amor y Orgasmo


Tener la cara de niña buena le había servido, pero ella pensaba que ya era el momento de convertirse en una mujer. Había dejado de ser virgen hacía muchos años atrás pero aún los chicos le preguntaban si seguía siéndolo. Al comienzo fue divertido decir que sí, pero ya estaba harta que la trataran como una princesita delicada. Así que comenzó a decir que no, que de virgen no tenía nada, a ver si el hombre que tenía al frente se daba por enterado que ella era una mujer y necesitaba de un macho que la hiciera sentir por dentro. A ella le parecía que él podía ser ese macho, se le veía musculoso y con buen físico. El luego le explicaría que en realidad era muy inseguro y su psicólogo le había recomendado el gimnasio para mejorar su auto-estima. Pero ella pensaba que de algo le habría servido el psicólogo porque a la segunda cita él ya le había dicho para ir a un telo. Aunque él en realidad le había dicho que quería darle una sorpresa en un lugar íntimo y privado, pero ella tenía claro a lo que iba. Al llegar el sitio le pareció perfecto, era un hotel muy venido a menos en donde de seguro los casados traían a sus amantes, así que era el lugar perfecto para liberarse al placer sin mucho prejuicio. Entró a la habitación ligeramente asustada pero dispuesta a entregarse a la faena. Para su sorpresa él le agarró la mano demasiado suavemente. Ella entró en dudas de las habilidades amatorias de él, pero se esperanzó nuevamente pensando que sería mejor si se dejaba guiar. Decidió entonces irse por territorio conocido, es decir, poner cara de inocente y dejarse llevar. De seguro hacerla de niñita virgen podría encender a su hombre. Él parecía que se movía torpemente y sin haberle dado un beso comenzó a quitarle la ropa. Ella lo dejó, pero la situación comenzó a parecerle algo graciosa. Cuando la llevo a la cama de la mano, a ella se le ocurrió que aunque este chico tuviera formas algo raras, seguía teniendo el físico del macho caliente que ella necesitaba, así que se dejó llevar. El sentir las manos heladas de él sobre su cuerpo, solo pudo hacerla sentir cosquillas. Pero cuando él le susurró al oído: "sé que tiemblas de placer", entonces no pudo más y soltó una pequeña carcajada. El reaccionó abrazándola con fuerza y ella pensó que entonces la faena ahora si empezaría en serio, pero nada. Ella comenzó a pensar en otras cosas producto del aburrimiento hasta que volvió a la escena en el momento en el que él la echaba en la cama. Ahora si ya tenía que arrancar lo bueno, pensó ella. Las manos torpes, ásperas y frías de él no habían provocado en ella nada más que cosquillas, pero aún mantenía la esperanza de un encuentro memorable. El momento que estuvo esperando llegaba, ella necesitaba un macho que pudiera poseerla y llenarla toda por dentro y no un príncipe encantado con formas y maneras afeminadas. Sintió el miembro de él entre sus piernas y pensó que lo mejor sería relajarse para disfrutar del momento. Él de repente se puso el preservativo y nuevamente se lo colocó entre las piernas. Ella no sabía si era un error, si él no se había dado cuenta o si solo era un calentamiento previo. Pero el comenzó a agitarse afiebradamente y unos pocos segundos después gritó. En realidad más que un grito a ella le sonó como un chirrido estridente y muy incómodo. Ella no pudo más y le dijo: ¿y yo?, pero él pareció no escucharla. Entonces toda esperanza se esfumó, no había encontrado a ese macho que lograría estremecerla y la verdad es que ya no sabía qué hacer. Había usado la estrategia de la niña virgen sin éxito, pero ahora que intentó ser la fácil que se va a la cama sin reparos, el resultado era el mismo. Estaba pensando en esto cuando él se despidió y logró escuchar cuando él le decía que la llamaría al día siguiente, inmediatamente le respondió que no lo hiciera, pero en realidad solo lo pensó, no tuvo el coraje de decírselo.

Saturday, October 26, 2013

Mírame para mirarme

Debo estar soñando y con los ojos cerrados porque veo todo negro, pero escucho que hay ruidos afuera, pasa gente a mi alrededor, escucho sus voces y sus pasos, incluso a los lejos escucho el motor de una cortadora de césped y mucho más al fondo la alarma de un carro. Estoy aquí en el mundo pero veo todo negro. Tengo la sensación de que tengo los ojos abiertos, pero sigo viendo negro. Esto definitivamente debe ser un sueño, la realidad no puede ser negra, no para mí. Pasan las horas y todos mis sentidos están al pendiente del exterior, de los ruidos, de la gente, de todo el entorno. Y yo sigo viendo todo negro. Siguen pasando las horas y por fin comienzo a sentir algo de angustia. ¿Cuánto rato más puedo seguir soñando esto?. ¡Despiértate!. Pero nada, sigo aquí, sentado y no pasa nada. Pasan muchas más horas y el hambre aumenta, las ganas de ir al baño, mi cuerpo sigue funcionando. Pero yo sigo aquí sentado viendo negro y esperando a que alguien venga a rescatarme. Este debe ser un sueño, pero ahora más que convencido estoy esperanzado, la verdad. Pero es que esto no puede ser así, no puedo pasarme el resto de la vida viendo solo negro. ¡Quiero ver!. ¿Pero que quiero ver?. ¡A la gente!. Quiero ver a otro ser humano. Este es un sueño y como tal debe ser algún mensaje codificado y dificilísimo de entender que me manda el sub-consciente. Entonces debo descifrar el mensaje para despertarme. Mi afán es de ver y en particular, el de ver a la gente. ¿Y para que quiero ver a la gente?. Para no sentirme solo, supongo, ¿será?, asumo, en realidad dije lo primero que se me vino a la cabeza, ¿eso creo de verdad?, sí. ¿Pero qué debe hacer la otra persona para que yo deje de sentirme solo?. Mirarme. Alguna vez he tenido la oportunidad de conversar con una persona ciega y recuerdo esa sensación de que no había conexión, de que no me entendía, además recuerdo como yo con insistencia la veía mucho más, como queriendo compensar la falta de su mirada. Entonces miro, para ver como el otro me está mirando a mí. Pero, ¿acaso no puedo verme yo a mí mismo?. Frente al espejo en las mañanas, si puedo, pero esa es una mirada superficial que no me hace sentir acompañado, veo mi apariencia, pero no me veo a mí. ¿Me veo a mi mismo?. Cuando medito me veo, pero no es igual, no tengo la misma necesidad que tengo por la mirada del otro. ¿Por qué necesito la mirada del otro?. Si me miras, me siento aquí, si me miras, me siento conectado contigo, si me miras, entonces me puedo ver a mí. Si me miras con amor, podré verme con amor. Tu mirada es profundamente convincente para mí. Si me miras con desprecio, yo me miro con desprecio. Por eso me lastima tanto tu maltrato, porque me convence de que yo también debo maltratarme. Tu mirada amorosa me convence de subirme al cielo, tu mirada de odio me lleva al infierno. Incluso la mirada rabiosa de un conductor desconocido en medio del caótico tráfico, que posó sus ojos furiosos sobre mí por pocos segundos, puede llegar a lastimarme. Sigo sin ver, veo todo negro y si no puedo ver tus ojos mirándome comenzaré a perderme. Esto es un sueño, así que puede ser de otra forma. Y siendo un sueño, no corro ningún riesgo si me dejo llevar, finalmente cuando me despierte todo volverá a la normalidad. Entonces me perderé, me perderé en la ceguera, finalmente no tengo nada que perder, lo peor que puede pasar es que si no puedo ver afuera, tal vez pueda ver adentro y quien sabe y tal vez pueda yo verme a mí mismo.

Saturday, June 22, 2013

Viejo Verde ... y que

Buscando inspiración repasé algunos de mis viejos escritos. Es un ejercicio interesante ver como pensaba y sentía hace algún tiempo atrás. De allí rescaté "Viejo verde" que sigue siendo actual y demasiado vigente.

Viejo verde (Setiembre 22, 2012)

Y fue así como a los 37 años me convertí en lo que llaman "viejo verde". Estaba yo entrando a la Universidad vestido achiboladamente porque he retomado clases y he regresionado un poco en mi apariencia. Ella estaba vestida como una verdadera universitaria, zapatillas, jean, polo, pelo rizado y suelto. Honestamente no hacía el más mínimo esfuerzo por ser seductora, pero para mi lo era. La vi e inmediatamente se convirtió en el objeto de mi deseo. Piel firme, músculos tensos, bien despachada, proporciones perfectas. Y fue así como en mi cabeza se comenzó a ejecutar el programa Viejo-Verde_v1.0. Yo no me di mucha cuenta, era como una película, yo la miraba y ella posaba para mi. Era la modelo que soñaba tener en mis clases de arte cuando intenté (sin ningún éxito) dibujar un desnudo. Tanto la miré y con tanta fijación que debió sentir algo y volteó a verme y para mi sorpresa me lanzó con total libertad una encantadora sonrisa. En ese momento pasó de ser el objeto de mi deseo, para convertirse en la reina de mis fantasías y yo en su más fiel servidor. Su sonrisa era pura, limpia y transparente porque era incapaz de interpretar la cara de pervertido que yo debía tener en ese momento. Efectivamente era una joven mujer inocente que aún conserva la mirada y la sonrisa de niña. Mi desconexión de la realidad aumentó porque una diosa así solo podía existir en mis sueños. Cuando de pronto siento la mirada de una señora vieja, acabada y trajinada por la vida, llena de arrugas y casi diría de amarguras, que en ese preciso momento debía estar ejecutando en su cabeza el Antivirus-Contra-Viejos-Verdes_v99.99. Giré para ver de donde venía esa sensación que me invadía y perturbaba y fue allí cuando sentí el impacto de la mirada de asco y repudio que la vieja bruja me estaba lanzando, fue tal el choque que aún me sigue doliendo. Esta de inocente no tenía nada y solo Dios sabe si alguna vez lo tuvo, pero en base a sus muchísimos años de vida pudo detectar en un instante que Viejo-Verde_v1.0 se estaba ejecutando en mí. Cuando quise regresar a mi fantasía, mi princesa ya se había encontrado con sus amigos y a mi solo me quedaba seguir mi camino. La verdad es que no se si descargué el programa o si ya vine con la instalación de fábrica, pero de si de algo estoy seguro es que ya no puedo desinstalarlo.

Muere Lentamente

Llevo tiempo sin escribir de manera pública, siempre lo hago de manera privada, pero últimamente de una manera tan privada que terminé sanamente aislado y solitario. Creo que comienzo el viaje de salida y nuevamente me abro a la posibilidad de compartir mis escritos, aunque francamente la inspiración no me ha acompañado últimamente, así que por primera vez he pedido ayuda. Una gran lección de vida para mi es esto de pedir ayuda, de dejar de lado la posibilidad de ser el que todo lo hace y lo hace bien, porque en el fondo sigo siendo ese niño bueno que quiere satisfacer a todos buscando reconocimiento y si lo escribo más honestamente tengo que admitir que buscando el afecto y el amor de los demás. Pedir ayuda me pone entonces en una posición más humana y segura. Lo que yo soy es lo que hay. Aprendí a pedir ayuda y esta llegó a través del escrito que comparto a continuación.

"Muere Lentamente" me llega a través de mi entrañable amiga Marianela, que partió al cielo muy prontamente. Su ausencia me duele, porque no hay otra forma de procesar algo así, pero también me enseña porque aunque físicamente no está presente sigo aprendiendo con ella, como hicimos siempre desde que nos conocimos. Las líneas que vienen a continuación son un tributo a ella y a su forma de pararse en este mundo.

"MUERE LENTAMENTE
     Muere lentamente quien se transforma en esclavo del hábito, repitiendo todos los días los mismos trayectos, quien no cambia de marca, no arriesga vestir un color nuevo y no le habla a quien no conoce.
     Muere lentamente quien hace de la televisión su gurú.
     Muere lentamente quien evita una pasión, quien prefiere el negro sobre blanco y los puntos sobre las "íes" a un remolino de emociones, justamente las que rescatan el brillo de los ojos, sonrisas de los bostezos, corazones a los tropiezos y sentimientos.
     Muere lentamente quien no voltea la mesa cuando está infeliz en el trabajo, quien no arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño, quien no se permite por lo menos una vez en la vida, huir de los consejos sensatos.
     Muere lentamente quien no viaja, quien no lee, quien no oye música, quien no encuentra gracia en sí mismo.
     Muere lentamente quien destruye su amor propio, quien no se deja ayudar.
     Muere lentamente, quien pasa los días quejándose de su mala suerte o de la lluvia incesante.
     Muere lentamente, quien abandona un proyecto antes de iniciarlo, no preguntando de un asunto que desconoce o no respondiendo cuando le indagan sobre algo que sabe.
     Evitemos la muerte en suaves cuotas, recordando siempre que estar vivo exige un esfuerzo mucho mayor que el simple hecho de respirar.
     Solamente la ardiente paciencia hará que conquistemos una espléndida felicidad."

Martha Medeiros (Porto Alegre, 1961), publicista, escritora y poetisa brasileña. Cronista del periódico Zero Hora, de Brasil.

Sunday, February 24, 2013

Me harté del vaso medio lleno


Creí estar en lo correcto cuando veía todo con optimismo y desde el punto de vista más positivo, encontrándole a todo la explicación más suave y menos dolorosa y convirtiéndome así en el abanderado de la fatídica frase "todo pasa por algo", que utilicé demasiadas veces como una sentencia irrefutable. Porque claro, ese "algo" no era importante descubrirlo, el objetivo de la frase era solo salir de la incómoda incertidumbre, pasó por algo y punto final. Además teñía el comentario de religiosidad cuando decía que la voluntad de Dios es incomprensible para los hombres, reafirmando que ese "algo" no solo no era importante, sino que además incomprensible. Craso error.

Me dejé llevar por la cultura de lo positivo, que no ve errores, sino oportunidades de mejora y como yo de manera natural lo veía todo así, entonces pensaba que estaba en lo correcto. ¡Qué iluso!. Frente a la pregunta de ver el vaso medio lleno o medio vacío, olvidé que la polaridad normalmente no es la solución, sino que la verdad más profunda está en la triada, en la ley del tres. A partir de ahora no quiero verlo ni lleno, ni vacío, solo quiero ver un vaso conteniendo agua, porque eso es lo real y es lo que es. Si veo a alguien llorar no quiero ver un dolor insoportable como si fuera la única interpretación, solo quiero ver a una persona llorando, porque tal vez esté experimentando un proceso liberador o podría ser que llore de alegría o por cualquier otra razón que me corresponde experimentar y no cortar. Si veo a alguien reír no quiero ver la alegría como única interpretación, solo quiero ver a una persona riendo, porque tal vez sea una expresión genuina de alegría o una máscara que cubre mucha infelicidad, pero sea lo que sea, yo solo quiero verlo y cuando lo tenga enfrente experimentarlo de la manera más humana posible.

Cuando leí de niño que Dios había creado al hombre para que sea feliz, yo entendí que la meta era más o menos como que la vida debía ser un taller de risoterapia. Me ha costado muchos años ampliar mi concepto de felicidad y ahora se parece más a la satisfacción mezclada con paz interior. Quiero ser feliz, pero no quiero ser el de la risa fácil y el chiste ligero y oportuno. Quiero ser feliz, pero no quiero experimentar la alegría como única emoción posible, quiero atravesar todo el rango de emociones que me da mi condición de ser humano. Quiero ser feliz, pero no quiero estar atrapado en un mundo edulcorado en donde el dolor motivador es erradicado o el llanto liberador deba ser controlado inmediatamente.

Mientras que el mundo que me rodea trata de enseñarle a todos como ser positivos, yo quiero dejar de serlo. Si pues, tal vez esté un poco loco, pero acaso no son los locos los más felices. Yo creo que sí. Estoy dispuesto a pagar el precio, pago con mi positivismo para conseguir a cambio una realidad que me lleve a la felicidad.

Wednesday, February 6, 2013

El príncipe campeón


Tomás va nerviosamente a hablar con el cura que le enseña religión en el colegio y le cuenta que su Mamá no lo quiere. El cura se conmueve de esta dolorosa confesión, suspira profundamente porque sabe lo importante que es encontrar las palabras correctas y para ganar algunos segundos le pide que se siente a su lado. Tomás lo mira nervioso, no sabe si lo que ha hecho es correcto. El cura es algo así como un supervisor de Dios en la tierra, es además quien le enseño que son los pecados. No está seguro si su Mamá estaría cometiendo alguno, pero tal vez si y  bueno, él quiere a su Mamá y tampoco la quiere meter en problemas. Pero por otro lado el cura reza todas las noches y su Mamá le ha dicho que quien lo hace recibe de Dios las lecciones para ser un niño bueno, así que está hablando con una persona buenísima, ¿no?. El cura deja de mirar al frente, voltea, mira a Tomás y le pregunta: ¿tendiste tu cama hoy?. Tomás no se lo esperaba, ¿qué tiene que ver la cama en este asunto?. Piensa, trata de recordar y no está seguro de si la empleada la tendió, porque él no lo hace, pero para esa hora fácil que si estaría tendida, sin embargo la pregunta es si él lo ha hecho. Baja la mirada y con la cabeza dice que no. El cura vuelve a preguntar: ¿y entonces como esperas que tu Mamá te quiera?.

Natalia es una niña muy inteligente para su edad, o eso es lo que dicen sus padres. Tiene mucho ingenio y siempre encuentra la forma de resolver sus problemas. Además hace gala de gran fortaleza y liderazgo cuando está en grupo. Aunque solo tiene 7 años, sus padres están convencidos de que Natalia será un éxito en la vida, así que creen que solo deben acompañar su crecimiento porque la niña va en la dirección correcta. Pero como la excepción es la que confirma la regla, ella está teniendo problemas en amarrarse los pasadores de los zapatos. Solo la primera vez el padre quiso enseñarle, pero ella dijo que podía sola y él la dejó. No lo hizo bien la primera vez pero terminó haciendo algo funcional que ahora repite, no dura mucho el nudo y ella tiene que atárselos muchas veces durante el día. Los padres notaron sus dificultades al comienzo e incluso la Mamá intentó enseñarle una segunda vez, pero ella insistió en que podía sola y no volvieron a intervenir. En realidad no volvieron a notar el problema. Natalia se frustra todas las mañanas porque no termina de aprender a amarrarse bien los pasadores, sus padres no lo notan y ella no es capaz de pedir ayuda. Cuando se lo enseñaron en el colegio ella se quedó con dudas pero la vergüenza de no ser la primera en aprenderlo la obligó a no preguntar. Todos sus amigos aprendieron y al parecer lo hacen bien, pero ella necesitaba más tiempo y no se lo dieron, porque la profesora también considera que Natalia es una niña destacada y mucho más capaz que el resto.

Alfredo está muy confundido. Hoy en la mañana sus amigos del colegio lo golpearon. Está con el uniforme sucio y lleno de barro porque para su mala suerte, el parque donde siempre lo golpean acababa de ser regado y estaba todo mojado. No es la primera vez que esto le pasa, sucede con frecuencia y sus padres no lo saben porque al regresar a casa lo ayuda la empleada. Ella lo cambia, lava el uniforme, cose las partes rotas, lo baña y lo deja limpio y perfumado para cuando lleguen sus padres después de trabajar. Mamá lo saluda diciéndole “príncipe”. Papá lo saluda diciéndole “campeón”. Él sabe que ni a los príncipes, ni a los campeones los golpean como a él. Le comentó a la empleada sobre decirle a sus padres de las golpizas, pero ella le recomendó callar para no molestarlos. Él creía que la empleada tenía razón pero valía la pena hacer el intento, así que por si acaso se le ocurrió contar la historia como si le estuviera sucediendo a un amigo a quién él quería aconsejar. Mamá se puso muy nerviosa, se levantó y gritando le preguntó si eso le pasaba a él para llamar inmediatamente al colegio. No pues, un escándalo le hubiera causado más problemas. Papá también se puso nervioso y muy enfurecido le dijo que su amigo debía agarrar a todos a golpes, porque los hombres arreglan sus problemas a golpes. No pues, él ya había intentado golpear a sus agresores, pero eran demasiados y algunos mayores y más grandes que él así que le parecía una tarea imposible. Finalmente sus padres le volvieron a preguntar pero ahora en un volumen más alto que si la historia que contaba era de él o de si de verdad se trataba de su amigo. “Príncipe, dime la verdad”, le dijo Mamá. “Vamos campeón, confía en tus padres”, le dijo Papá. Él puso su mejor sonrisa de príncipe y dijo: no mamá. Apretó un poco los puños y puso su mejor cara de campeón y dijo: como se te ocurre, papá.

Tomás nunca quiso tener hijos, pero Natalia le insistió. El argumento inicial fue que ella quería concretar el fruto de su amor, pero él no pudo procesar esas palabras. Finalmente ella le dijo que su reloj biológico se lo demandaba y había decidido hacerle caso, así que con él o sin él ella sería madre y si quería se sumaba al proyecto. Natalia es el amor de su vida, de eso Tomás está seguro y la vida lo ha hecho esperar más de cuarenta años para encontrarla, así que dejarla no es un lujo que él quiera darse, por lo que finalmente aceptó. Cuando Alfredo llegó al mundo fue la máxima alegría de sus padres, aunque también motivo de preocupación. Cuando ellos fueron niños tuvieron muchos problemas por lo que consideraron falta de afecto. Sin embargo es un tema que ambos han trabajado y así fue precisamente como se conocieron, en la sala de espera del psicoterapeuta que para entonces compartían. Cuando concretaron la idea de la paternidad de algo estaban muy seguros, colmarían a su hijo de todo el amor que ellos fueran capaces de entregar, de manera sostenida y abundante, tanto que el niño que tuviera la suerte de llegar a su familia nunca jamás pudiera dudar del afecto infinito de sus padres. Natalia decidió llamarlo “príncipe” y Tomás “campeón”, como para darle un balance más masculino. Fue así como Alfredo desde siempre se sintió el “príncipe campeón” de sus padres. De sus padres, pero no del resto y menos aún de sus amigos del colegio.

Sunday, December 30, 2012

Viví el 2012


He sido malo; y he sido bueno. He sido generoso durante este año; y he sido mezquino, conmigo mismo y con los demás también. He tenido ataques de risa incontrolables, de esos que hace muchos años no tenía; y he derramado las lágrimas más amargas. He gozado intensamente; y he sufrido visceralmente. Si por año existe alguna cuota de sufrimiento, este año la cumplí largamente. He hecho feliz a varias personas; y han sido muchas las que me han hecho feliz a mí. ¡Muchas Gracias!. He sido gordo; y he sido flaco, no tanto como quisiera, pero hay un año más por delante para conseguirlo, así que no pierdo las esperanzas. He sido un tonto; y he sido un sabio, más lo primero que lo segundo, pero cada año el balance mejora. He mantenido intactos algunos de mis grandes errores, sin hacer ningún intento por mejorar durante estos largos 365 días que ya terminan; y he discutido profundamente mi existencia, lo que me ha permitido encontrarme y reconocerme cada vez más. He mantenido antiguas enseñanzas aun sin saber si estoy de acuerdo con ellas; y me he rebelado en contra de algunas de mis más profundas creencias. Me he querido mucho este año; y he hecho cosas que sé que son dañinas para mí. Me he enamorado, muchas veces, tal vez demasiadas y hasta me he re-enamorado de la misma persona y varias veces; y se han enamorado de mí, o eso me han dicho, y varias veces también. ¡Muchas Gracias!. He sonreído mucho, aunque este año decidí ponerme brackets, en realidad no decidí, me convencieron; y he tenido el ceño fruncido en demasiadas ocasiones. Me he reprimido de hacer muchas cosas, aunque tal vez podría resumirlo diciendo que tuve miedo; y he hecho algunas de las más grandes locuras de mi vida. He sido miserable; y he sido dichoso. He aprendido. He vivido el 2012.

No tengo recuerdos de qué estaría yo haciendo hace un año atrás, de seguro estaría poniendo cara seria convencido de que si podía planear el siguiente año. ¡Que iluso que fui!. He aprendido que los momentos más memorables del 2012 fueron aquellos en los que decidí vivir plenamente. No como un descontrolado que no mide consecuencias, sino como aquel que se sabe capaz de asumir responsabilidades. El balance hasta ahora ha sido muy positivo, he metido la pata sin quererlo, pero como dice un antiguo refrán, salvo la muerte, todo se puede arreglar. Cuando decidí abrirme a la posibilidad de vivir cada situación fue cuando me di cuenta que podía cambiarla, mejorarla, evolucionarla. Es estando sumergido en las aguas de la vida que pude nadar en la dirección correcta, no fue desde la seguridad de la orilla que pude generar ningún cambio. Si alguien puede mejorar las cosas desde una distancia segura, cuénteme por favor como lo hace, porque yo no lo sé. No tengo mucho más en que pensar para el próximo año, voy a dejarme de planes y de reflexiones sesudas y simplemente voy a vivir el 2013, a como venga y con lo que traiga. ¡Feliz Nuevo Año 2013!

Tuesday, December 25, 2012

El tiempo que nos queda por vivir


Comienza el 25/Diciembre y aún escucho los fuegos artificiales a lo lejos. He sobrevivido de manera decorosa al fatídico 24 y en especial a la cena de Navidad. Mi Teclita (Mi Abuela) no compartió la mesa, ella está en el cielo y su ausencia me ha resultado inmensamente dolorosa desde el primer día del mes en el que se supone que todos deben ser felices y llenarse de un espíritu navideño que esta vez menos que nunca yo podría haber tenido. Asumí, y digo asumir porque no le pregunté a nadie, que los miembros de mi familia no tendrían fuerzas para encargarse de la cena navideña, así que yo hice todo, craso error. Lloré mientras cocinaba y debo haber servido la comida más triste que jamás se haya probado en esta casa. Me dejé arrastrar por la nostalgia y en medio de eso comencé a pensar en el más triste relato que podría escribir. Quería compartir con todos la pena y el abandono que experimento ahora. Fue en ese momento en el que me di cuenta que siendo ingeniero de nacimiento y de formación he sido cerrado y hasta casi insensible la mayor parte de mi vida, sin embargo con mucho esfuerzo, trabajo y dedicación he logrado liberar mis emociones y para eso escribir me sirve de mucho. Si pues, admito ser dramático en esencia y pecaría de poco humilde si afirmo que escribo bien, a mi me gusta cuando lo hago, puedo gustar o no, pero en general quienes comentan mis escritos coinciden en que si alguna capacidad tengo es la de expresar mis emociones. Así que podría continuar este relato detallando poco a poco como me ha quebrado la nostalgia, la pena y hasta la desesperación, si pues, podría y tal vez hasta conseguiría conmover a alguien. ¿Pero acaso ese no sería el camino más fácil?. Si escribir puedo, bien o mal, pero puedo; no es para irme por el lado fácil y resbaloso, no ha sido ni es mi estilo. Quiero escribir esta vez de manera diferente, quiero reemplazar una realidad gris, penosa y triste por una diferente, no se si mejor, pero cuando menos diferente. Quiero imaginar una historia diferente esta vez. Quiero ser Neo en Matrix, escogiendo entre la pastilla roja (la realidad) y la azul (Matrix). Si claro, debería escoger la roja, no se si todos lo harían, pero la mayoría diría que sí, sin embargo yo opto esta vez por la azul. He aquí mi versión "azul" de la cena de Navidad.

Es casi medianoche y sentadas a mi izquierda están mi mamá y Mi Teclita, a la derecha mi primo y luego mi tío. Somos cinco y la mesa está llena de deliciosa comida. Yo estoy delgado y la verdad es que sin hambre (recuerda que es la versión azul). A veces cenamos antes y otras después de la medianoche, pero este año Mi Teclita insistió en probar bocado solo después. Yo tengo la sensación de que algo se trae entre manos, no se porque tanto afán en matarnos de hambre, pero si ella lo dice, así se hace. Llega la medianoche, me abrazo con todos y sin planearlo la última persona que me queda por saludar es ella. Si pues, lo mejor se guarda para el final. La abrazo fuerte, muy fuerte, aunque no tanto porque su cuerpo está delgado y mucho apapacho podría lastimarla. Cuando pego su pecho contra el mío entonces siento un nudo en la garganta, algo que no había experimentado nunca. Una rara sensación de angustia y como siempre cuando no tengo alguna respuesta, la miro a ella buscando su ayuda. Esperaba solo una sonrisa tranquila que me ayudara a calmar la angustia, pero para mi sorpresa recibí una sonrisa cómplice. Ella sabía lo que estaba sintiendo y cuando me percaté de eso, entonces reconocí mi sensación: esta es la última navidad que pasaré con ella. No era una idea descabellada, ella llevaba años diciéndolo, pero esta vez ella no lo dijo y yo si lo sentí. La situación entonces se puso compleja, yo tenía una extraña sensación que me avisaba de su futura ausencia y ella lo sabía. Los relatos de que mi abuela tenía algún tipo de poder sobrenatural volvieron a mi mente y también aquellas historias de que estos poderes son heredados saltándose una generación, es decir, de abuelos a nietos. ¿Estaría yo sintiendo algo de lo que sucedería en el futuro? ¿Ella lo sabría? ¿Cómo sería la navidad del 2013 sin ella?. El abrazo fue tan largo que todos los demás ya habían vuelto a la mesa y estaban devorando las delicias servidas. La acompañé hasta la mesa y la ayudé a sentarse. Me senté y comencé a comer en silencio, porque sí pues, cuando se me mete una idea en la cabeza esta necesita ser analizada y procesada. De cuando en cuando miraba a Mi Teclita y ella siempre me devolvía la mirada. Esto no era raro porque siempre tuvimos una conexión especial, pero esta vez era milimétricamente coordinado. Seguí comiendo, seguí analizando, seguí mirándola y entonces pensé: si lo que siento es solo una muestra más de mi locura, todo está resuelto, olvídate del asunto y punto final. Pero no puedo hacerlo, sí le doy validez a lo que siento y creo que tengo esta información: ella no estará para la próxima cena de Navidad. Y entonces, ¿qué hago con esto?. ¿Me paro, la abrazo y no dejo que se vaya?. ¿Existe forma de evitar que eso suceda?. Y si pudiera evitarlo, sería solo por un año, ¿y el siguiente?. Pero bien vale la pena intentarlo. Pero claro, eso solo posterga el tema, pero no lo impide. ¿Puedo impedirlo?. Si tengo la información, es para hacer algo con ella, ¿no es cierto?. Pero claro, impedirlo no luce a una respuesta lógica. Tengo la información para procesarla, para asimilarla, para trabajarla. ¿Será que también para resignarme?. No pues, la resignación es más fácil si me agarra por sorpresa. Entonces tengo información de lo que sucederá en el futuro y la bendición de poder procesarla con tiempo, no puedo impedir que las cosas pasen, solo puedo prepararme para sacar la mejor lección posible de ellas.

El camino azul, me ha llevado al rojo, al real. Imaginé a mi abuela presente y con algún tipo de don sobrenatural que me ayudaría a adelantarme a los hechos para ver si así me duelen menos. Este en realidad no es ningún relato fantasioso, es lo que efectivamente sí sucedió hace un año atrás y claro que sin necesidad de ningún don. Mi Teclita tenía más de 80 años, las probabilidades de que se mudara al cielo antes que yo eran muy altas y cada vez más altas las de que esa fecha se acercaba. No fui nunca consciente de eso, lo admito, era información que estaba frente a mi y no necesitaba ningún don para procesarla. Pero ahora si soy consciente de que los que me han quedado, mis Padres, también partirán antes que yo. ¿Voy a hacer algo al respecto ahora que lo tengo más claro?. ¿Si hubiera tenido los ojos más abiertos en el caso de Mi Teclita habríamos tenido un último año diferente?. Sí, claro que sí. Habríamos hecho las cosas de otras formas, pero manteniendo la misma esencia. Nuestra relación fue de real amor, en donde disfrutábamos uno de la presencia del otro. Habría compartido más tiempo con ella, porque claro, un poquito más siempre viene bien, pero habíamos alcanzado un tiempo de calidad entre nosotros en donde solo la pasábamos bien. Pero no debo seguir haciéndome trampa, debo responder a mi propia pregunta: ahora que soy consciente de que el tiempo con mis seres queridos es finito y alguna veces corto, ¿qué voy a hacer al respecto?.

Sunday, December 9, 2012

Kawsay, el nacimiento (la vida)

Es diciembre del 2012 y todo el mundo habla del fin del mundo o de algún tipo de cambio radical que supuestamente ocurrirá el 21/Diciembre. En medio de este contexto es que finalmente encuentro el nombre del blog que desde hace mucho tiempo quería escribir: Kawsay, que en quechua significa vida, que también puede significar existencia, que también me sonó a causa (o amigo) y finalmente también me sonó a causalidad. Porque si pues, yo soy un convencido de que la vida es el resultado de nuestras acciones y corresponde que nos hagamos responsables de eso. Queda claro entonces que el nombre me parece muy adecuado para la idea que quiero comenzar a desarrollar desde ahora, que tenía tiempo pensando y que está llegando el momento en que tiene que comenzar a tener forma.

Ahora mismo Kawsay es la idea de un espacio, inicialmente virtual y luego físico, en donde se pueda expresar la vida y en donde diferentes personas puedan expresar su experiencia de lo que es vivir sus vidas. Mi vida es interesante, para ser más preciso, mi vida me resulta muy interesante a mi. He estudiado muchas cosas y experimentado bastante más y siempre me quedo con preguntas sobre quien soy y sobre mi existencia. Estudié ingeniería electrónica, cartas del tarot, astrología y psicoterapia, entre otras cosas, tratando de encontrar respuestas a mis preguntas. Esto me ha permitido ver la vida desde muchos diferentes ángulos y poder finalmente encontrar un punto de vista particular y único. No creo en ninguna medida que tenga nada que enseñar, siempre me he visto y me sigo viendo como un alumno en esta vida, sin embargo si creo que tengo mucho por compartir, tal vez con la intención de que compartiendo provoque que los demás compartan conmigo y entonces así podamos enriquecer aún más la experiencia de esta vida.

Y es así como nace Kawsay.
(Lima, 9/12/2012 al mediodía, con el Sol en Sagitario)