Saturday, June 22, 2013

Viejo Verde ... y que

Buscando inspiración repasé algunos de mis viejos escritos. Es un ejercicio interesante ver como pensaba y sentía hace algún tiempo atrás. De allí rescaté "Viejo verde" que sigue siendo actual y demasiado vigente.

Viejo verde (Setiembre 22, 2012)

Y fue así como a los 37 años me convertí en lo que llaman "viejo verde". Estaba yo entrando a la Universidad vestido achiboladamente porque he retomado clases y he regresionado un poco en mi apariencia. Ella estaba vestida como una verdadera universitaria, zapatillas, jean, polo, pelo rizado y suelto. Honestamente no hacía el más mínimo esfuerzo por ser seductora, pero para mi lo era. La vi e inmediatamente se convirtió en el objeto de mi deseo. Piel firme, músculos tensos, bien despachada, proporciones perfectas. Y fue así como en mi cabeza se comenzó a ejecutar el programa Viejo-Verde_v1.0. Yo no me di mucha cuenta, era como una película, yo la miraba y ella posaba para mi. Era la modelo que soñaba tener en mis clases de arte cuando intenté (sin ningún éxito) dibujar un desnudo. Tanto la miré y con tanta fijación que debió sentir algo y volteó a verme y para mi sorpresa me lanzó con total libertad una encantadora sonrisa. En ese momento pasó de ser el objeto de mi deseo, para convertirse en la reina de mis fantasías y yo en su más fiel servidor. Su sonrisa era pura, limpia y transparente porque era incapaz de interpretar la cara de pervertido que yo debía tener en ese momento. Efectivamente era una joven mujer inocente que aún conserva la mirada y la sonrisa de niña. Mi desconexión de la realidad aumentó porque una diosa así solo podía existir en mis sueños. Cuando de pronto siento la mirada de una señora vieja, acabada y trajinada por la vida, llena de arrugas y casi diría de amarguras, que en ese preciso momento debía estar ejecutando en su cabeza el Antivirus-Contra-Viejos-Verdes_v99.99. Giré para ver de donde venía esa sensación que me invadía y perturbaba y fue allí cuando sentí el impacto de la mirada de asco y repudio que la vieja bruja me estaba lanzando, fue tal el choque que aún me sigue doliendo. Esta de inocente no tenía nada y solo Dios sabe si alguna vez lo tuvo, pero en base a sus muchísimos años de vida pudo detectar en un instante que Viejo-Verde_v1.0 se estaba ejecutando en mí. Cuando quise regresar a mi fantasía, mi princesa ya se había encontrado con sus amigos y a mi solo me quedaba seguir mi camino. La verdad es que no se si descargué el programa o si ya vine con la instalación de fábrica, pero de si de algo estoy seguro es que ya no puedo desinstalarlo.

Muere Lentamente

Llevo tiempo sin escribir de manera pública, siempre lo hago de manera privada, pero últimamente de una manera tan privada que terminé sanamente aislado y solitario. Creo que comienzo el viaje de salida y nuevamente me abro a la posibilidad de compartir mis escritos, aunque francamente la inspiración no me ha acompañado últimamente, así que por primera vez he pedido ayuda. Una gran lección de vida para mi es esto de pedir ayuda, de dejar de lado la posibilidad de ser el que todo lo hace y lo hace bien, porque en el fondo sigo siendo ese niño bueno que quiere satisfacer a todos buscando reconocimiento y si lo escribo más honestamente tengo que admitir que buscando el afecto y el amor de los demás. Pedir ayuda me pone entonces en una posición más humana y segura. Lo que yo soy es lo que hay. Aprendí a pedir ayuda y esta llegó a través del escrito que comparto a continuación.

"Muere Lentamente" me llega a través de mi entrañable amiga Marianela, que partió al cielo muy prontamente. Su ausencia me duele, porque no hay otra forma de procesar algo así, pero también me enseña porque aunque físicamente no está presente sigo aprendiendo con ella, como hicimos siempre desde que nos conocimos. Las líneas que vienen a continuación son un tributo a ella y a su forma de pararse en este mundo.

"MUERE LENTAMENTE
     Muere lentamente quien se transforma en esclavo del hábito, repitiendo todos los días los mismos trayectos, quien no cambia de marca, no arriesga vestir un color nuevo y no le habla a quien no conoce.
     Muere lentamente quien hace de la televisión su gurú.
     Muere lentamente quien evita una pasión, quien prefiere el negro sobre blanco y los puntos sobre las "íes" a un remolino de emociones, justamente las que rescatan el brillo de los ojos, sonrisas de los bostezos, corazones a los tropiezos y sentimientos.
     Muere lentamente quien no voltea la mesa cuando está infeliz en el trabajo, quien no arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño, quien no se permite por lo menos una vez en la vida, huir de los consejos sensatos.
     Muere lentamente quien no viaja, quien no lee, quien no oye música, quien no encuentra gracia en sí mismo.
     Muere lentamente quien destruye su amor propio, quien no se deja ayudar.
     Muere lentamente, quien pasa los días quejándose de su mala suerte o de la lluvia incesante.
     Muere lentamente, quien abandona un proyecto antes de iniciarlo, no preguntando de un asunto que desconoce o no respondiendo cuando le indagan sobre algo que sabe.
     Evitemos la muerte en suaves cuotas, recordando siempre que estar vivo exige un esfuerzo mucho mayor que el simple hecho de respirar.
     Solamente la ardiente paciencia hará que conquistemos una espléndida felicidad."

Martha Medeiros (Porto Alegre, 1961), publicista, escritora y poetisa brasileña. Cronista del periódico Zero Hora, de Brasil.