Soy
ingeniero de formación, de vocación, de naturaleza y de estructura cerebral
fundamental. Hago millones de otras cosas más, pero soy consciente que mi
cerebro funciona estructurada y lógicamente y salir de eso me cuesta la vida.
Como además de ser un cerebro con patas, también soy un ser humano con corazón,
resulta que me involucro en actividades de ayuda social que ciertamente me
llenan el espíritu. Pero (si pues, siempre hay un malévolo "pero" en
todo) me resulta muy complicado el asunto de llegar a los sitios que no tienen
direcciones claras (claras para mí, obviamente, porque parece que para el resto
es clarísimo el asunto). Yo sé, es vergonzoso y no debería ser tan complicado,
pero lo es y lo admito. Me movilizo por las calles con un GPS, o con Google
Maps y antes miraba el mapa de calles en la guía telefónica antes de salir. Yo
salgo de mi casa sabiendo cual es mi destino final y hacia allá me dirijo,
listo, punto final, no hay más vueltas. Por eso cuando me dicen para ir a algún
evento social yo levanto la mano feliz, me lleno de emoción y todo va perfecto,
hasta que pido que me den la dirección de adonde debo ir. Obviamente, y digo
obviamente porque siempre me pasa, y si siempre me pasa no sé por qué no
termino de acostumbrarme y ya, y bueno, y así soy yo, pues resulta que la
dirección es una cosa complicada que no se encuentra en ningún GPS, ni mapa
electrónico, ni Guía de Calles Perú 2000. Entonces el dato es Manzana algo,
Lote otro algo, con suerte hay urbanización y distrito. Si pues, yo sé que esa
es la realidad de Lima y del Perú en general, pero es un problema para mí y que
le puedo hacer. Así que siempre pongo cara de perdido y entonces me tratan de
ayudar con referencias adicionales, como que sigues a los buses del chinito, te
bajas en el paradero de la panadería y doblas a la izquierda tres cuadras. Yo
sigo con cara de que no entiendo nada y no sé cómo a todos les parece tan claro
el asunto. Me repiten como si yo no entendiera el idioma, si pues, el paradero
de la panadería y todos tienen clarísimo donde queda eso y ya pues, yo solo
digo, ok, si claro, el paradero de la panadería. Como Dios ayuda a los que
ayudan, entonces siempre termino confesando que no tengo la menor de cómo
llegar y que si por el amor de Dios alguien va conmigo y siempre alguien
generosísimo se ofrece y me dice que claro que sí, que yo solo debo llegar al
rompe-muelle antes de la ferretería y que allí me espera y vamos juntos.
Entonces mi angustia aumenta y ya casi en desesperación les digo que yo soy así
de desubicado en todas partes y por eso tengo GPS y reviso mapas y demás, o
sea, tú no eres el problema, soy yo, dame por favor una dirección adonde
llegar, algo que diga calle tal, número cual, algo que yo pueda poner en el
aparatito que me va guiando y yo obediente iré doblando izquierda y derecha y
de segurito así si llego. Supongo que mi cara de angustia y de andar perdido en
el mundo es convincente y entonces por allí alguien se ofrece a ayudarme. Si
pues, todo el mundo cree que es lo máximo ser así de estructurado y metódico,
pero tiene sus grandes trabas y limitaciones. Si pues, es una limitación y
dicen que estas se mantienen mientras uno lo permita. Aprovecharé entonces el
verano para practicar el perderme, ir a la aventura, dejar en casa el GPS, las guías
de viaje, las guías de calles y demás ayudas. Aprenderé a perderme, a soltar, a
relajarme. Confío en que Dios sabrá cuidarme mientras esté perdido.