Sunday, December 30, 2012

Viví el 2012


He sido malo; y he sido bueno. He sido generoso durante este año; y he sido mezquino, conmigo mismo y con los demás también. He tenido ataques de risa incontrolables, de esos que hace muchos años no tenía; y he derramado las lágrimas más amargas. He gozado intensamente; y he sufrido visceralmente. Si por año existe alguna cuota de sufrimiento, este año la cumplí largamente. He hecho feliz a varias personas; y han sido muchas las que me han hecho feliz a mí. ¡Muchas Gracias!. He sido gordo; y he sido flaco, no tanto como quisiera, pero hay un año más por delante para conseguirlo, así que no pierdo las esperanzas. He sido un tonto; y he sido un sabio, más lo primero que lo segundo, pero cada año el balance mejora. He mantenido intactos algunos de mis grandes errores, sin hacer ningún intento por mejorar durante estos largos 365 días que ya terminan; y he discutido profundamente mi existencia, lo que me ha permitido encontrarme y reconocerme cada vez más. He mantenido antiguas enseñanzas aun sin saber si estoy de acuerdo con ellas; y me he rebelado en contra de algunas de mis más profundas creencias. Me he querido mucho este año; y he hecho cosas que sé que son dañinas para mí. Me he enamorado, muchas veces, tal vez demasiadas y hasta me he re-enamorado de la misma persona y varias veces; y se han enamorado de mí, o eso me han dicho, y varias veces también. ¡Muchas Gracias!. He sonreído mucho, aunque este año decidí ponerme brackets, en realidad no decidí, me convencieron; y he tenido el ceño fruncido en demasiadas ocasiones. Me he reprimido de hacer muchas cosas, aunque tal vez podría resumirlo diciendo que tuve miedo; y he hecho algunas de las más grandes locuras de mi vida. He sido miserable; y he sido dichoso. He aprendido. He vivido el 2012.

No tengo recuerdos de qué estaría yo haciendo hace un año atrás, de seguro estaría poniendo cara seria convencido de que si podía planear el siguiente año. ¡Que iluso que fui!. He aprendido que los momentos más memorables del 2012 fueron aquellos en los que decidí vivir plenamente. No como un descontrolado que no mide consecuencias, sino como aquel que se sabe capaz de asumir responsabilidades. El balance hasta ahora ha sido muy positivo, he metido la pata sin quererlo, pero como dice un antiguo refrán, salvo la muerte, todo se puede arreglar. Cuando decidí abrirme a la posibilidad de vivir cada situación fue cuando me di cuenta que podía cambiarla, mejorarla, evolucionarla. Es estando sumergido en las aguas de la vida que pude nadar en la dirección correcta, no fue desde la seguridad de la orilla que pude generar ningún cambio. Si alguien puede mejorar las cosas desde una distancia segura, cuénteme por favor como lo hace, porque yo no lo sé. No tengo mucho más en que pensar para el próximo año, voy a dejarme de planes y de reflexiones sesudas y simplemente voy a vivir el 2013, a como venga y con lo que traiga. ¡Feliz Nuevo Año 2013!

Tuesday, December 25, 2012

El tiempo que nos queda por vivir


Comienza el 25/Diciembre y aún escucho los fuegos artificiales a lo lejos. He sobrevivido de manera decorosa al fatídico 24 y en especial a la cena de Navidad. Mi Teclita (Mi Abuela) no compartió la mesa, ella está en el cielo y su ausencia me ha resultado inmensamente dolorosa desde el primer día del mes en el que se supone que todos deben ser felices y llenarse de un espíritu navideño que esta vez menos que nunca yo podría haber tenido. Asumí, y digo asumir porque no le pregunté a nadie, que los miembros de mi familia no tendrían fuerzas para encargarse de la cena navideña, así que yo hice todo, craso error. Lloré mientras cocinaba y debo haber servido la comida más triste que jamás se haya probado en esta casa. Me dejé arrastrar por la nostalgia y en medio de eso comencé a pensar en el más triste relato que podría escribir. Quería compartir con todos la pena y el abandono que experimento ahora. Fue en ese momento en el que me di cuenta que siendo ingeniero de nacimiento y de formación he sido cerrado y hasta casi insensible la mayor parte de mi vida, sin embargo con mucho esfuerzo, trabajo y dedicación he logrado liberar mis emociones y para eso escribir me sirve de mucho. Si pues, admito ser dramático en esencia y pecaría de poco humilde si afirmo que escribo bien, a mi me gusta cuando lo hago, puedo gustar o no, pero en general quienes comentan mis escritos coinciden en que si alguna capacidad tengo es la de expresar mis emociones. Así que podría continuar este relato detallando poco a poco como me ha quebrado la nostalgia, la pena y hasta la desesperación, si pues, podría y tal vez hasta conseguiría conmover a alguien. ¿Pero acaso ese no sería el camino más fácil?. Si escribir puedo, bien o mal, pero puedo; no es para irme por el lado fácil y resbaloso, no ha sido ni es mi estilo. Quiero escribir esta vez de manera diferente, quiero reemplazar una realidad gris, penosa y triste por una diferente, no se si mejor, pero cuando menos diferente. Quiero imaginar una historia diferente esta vez. Quiero ser Neo en Matrix, escogiendo entre la pastilla roja (la realidad) y la azul (Matrix). Si claro, debería escoger la roja, no se si todos lo harían, pero la mayoría diría que sí, sin embargo yo opto esta vez por la azul. He aquí mi versión "azul" de la cena de Navidad.

Es casi medianoche y sentadas a mi izquierda están mi mamá y Mi Teclita, a la derecha mi primo y luego mi tío. Somos cinco y la mesa está llena de deliciosa comida. Yo estoy delgado y la verdad es que sin hambre (recuerda que es la versión azul). A veces cenamos antes y otras después de la medianoche, pero este año Mi Teclita insistió en probar bocado solo después. Yo tengo la sensación de que algo se trae entre manos, no se porque tanto afán en matarnos de hambre, pero si ella lo dice, así se hace. Llega la medianoche, me abrazo con todos y sin planearlo la última persona que me queda por saludar es ella. Si pues, lo mejor se guarda para el final. La abrazo fuerte, muy fuerte, aunque no tanto porque su cuerpo está delgado y mucho apapacho podría lastimarla. Cuando pego su pecho contra el mío entonces siento un nudo en la garganta, algo que no había experimentado nunca. Una rara sensación de angustia y como siempre cuando no tengo alguna respuesta, la miro a ella buscando su ayuda. Esperaba solo una sonrisa tranquila que me ayudara a calmar la angustia, pero para mi sorpresa recibí una sonrisa cómplice. Ella sabía lo que estaba sintiendo y cuando me percaté de eso, entonces reconocí mi sensación: esta es la última navidad que pasaré con ella. No era una idea descabellada, ella llevaba años diciéndolo, pero esta vez ella no lo dijo y yo si lo sentí. La situación entonces se puso compleja, yo tenía una extraña sensación que me avisaba de su futura ausencia y ella lo sabía. Los relatos de que mi abuela tenía algún tipo de poder sobrenatural volvieron a mi mente y también aquellas historias de que estos poderes son heredados saltándose una generación, es decir, de abuelos a nietos. ¿Estaría yo sintiendo algo de lo que sucedería en el futuro? ¿Ella lo sabría? ¿Cómo sería la navidad del 2013 sin ella?. El abrazo fue tan largo que todos los demás ya habían vuelto a la mesa y estaban devorando las delicias servidas. La acompañé hasta la mesa y la ayudé a sentarse. Me senté y comencé a comer en silencio, porque sí pues, cuando se me mete una idea en la cabeza esta necesita ser analizada y procesada. De cuando en cuando miraba a Mi Teclita y ella siempre me devolvía la mirada. Esto no era raro porque siempre tuvimos una conexión especial, pero esta vez era milimétricamente coordinado. Seguí comiendo, seguí analizando, seguí mirándola y entonces pensé: si lo que siento es solo una muestra más de mi locura, todo está resuelto, olvídate del asunto y punto final. Pero no puedo hacerlo, sí le doy validez a lo que siento y creo que tengo esta información: ella no estará para la próxima cena de Navidad. Y entonces, ¿qué hago con esto?. ¿Me paro, la abrazo y no dejo que se vaya?. ¿Existe forma de evitar que eso suceda?. Y si pudiera evitarlo, sería solo por un año, ¿y el siguiente?. Pero bien vale la pena intentarlo. Pero claro, eso solo posterga el tema, pero no lo impide. ¿Puedo impedirlo?. Si tengo la información, es para hacer algo con ella, ¿no es cierto?. Pero claro, impedirlo no luce a una respuesta lógica. Tengo la información para procesarla, para asimilarla, para trabajarla. ¿Será que también para resignarme?. No pues, la resignación es más fácil si me agarra por sorpresa. Entonces tengo información de lo que sucederá en el futuro y la bendición de poder procesarla con tiempo, no puedo impedir que las cosas pasen, solo puedo prepararme para sacar la mejor lección posible de ellas.

El camino azul, me ha llevado al rojo, al real. Imaginé a mi abuela presente y con algún tipo de don sobrenatural que me ayudaría a adelantarme a los hechos para ver si así me duelen menos. Este en realidad no es ningún relato fantasioso, es lo que efectivamente sí sucedió hace un año atrás y claro que sin necesidad de ningún don. Mi Teclita tenía más de 80 años, las probabilidades de que se mudara al cielo antes que yo eran muy altas y cada vez más altas las de que esa fecha se acercaba. No fui nunca consciente de eso, lo admito, era información que estaba frente a mi y no necesitaba ningún don para procesarla. Pero ahora si soy consciente de que los que me han quedado, mis Padres, también partirán antes que yo. ¿Voy a hacer algo al respecto ahora que lo tengo más claro?. ¿Si hubiera tenido los ojos más abiertos en el caso de Mi Teclita habríamos tenido un último año diferente?. Sí, claro que sí. Habríamos hecho las cosas de otras formas, pero manteniendo la misma esencia. Nuestra relación fue de real amor, en donde disfrutábamos uno de la presencia del otro. Habría compartido más tiempo con ella, porque claro, un poquito más siempre viene bien, pero habíamos alcanzado un tiempo de calidad entre nosotros en donde solo la pasábamos bien. Pero no debo seguir haciéndome trampa, debo responder a mi propia pregunta: ahora que soy consciente de que el tiempo con mis seres queridos es finito y alguna veces corto, ¿qué voy a hacer al respecto?.

Sunday, December 9, 2012

Kawsay, el nacimiento (la vida)

Es diciembre del 2012 y todo el mundo habla del fin del mundo o de algún tipo de cambio radical que supuestamente ocurrirá el 21/Diciembre. En medio de este contexto es que finalmente encuentro el nombre del blog que desde hace mucho tiempo quería escribir: Kawsay, que en quechua significa vida, que también puede significar existencia, que también me sonó a causa (o amigo) y finalmente también me sonó a causalidad. Porque si pues, yo soy un convencido de que la vida es el resultado de nuestras acciones y corresponde que nos hagamos responsables de eso. Queda claro entonces que el nombre me parece muy adecuado para la idea que quiero comenzar a desarrollar desde ahora, que tenía tiempo pensando y que está llegando el momento en que tiene que comenzar a tener forma.

Ahora mismo Kawsay es la idea de un espacio, inicialmente virtual y luego físico, en donde se pueda expresar la vida y en donde diferentes personas puedan expresar su experiencia de lo que es vivir sus vidas. Mi vida es interesante, para ser más preciso, mi vida me resulta muy interesante a mi. He estudiado muchas cosas y experimentado bastante más y siempre me quedo con preguntas sobre quien soy y sobre mi existencia. Estudié ingeniería electrónica, cartas del tarot, astrología y psicoterapia, entre otras cosas, tratando de encontrar respuestas a mis preguntas. Esto me ha permitido ver la vida desde muchos diferentes ángulos y poder finalmente encontrar un punto de vista particular y único. No creo en ninguna medida que tenga nada que enseñar, siempre me he visto y me sigo viendo como un alumno en esta vida, sin embargo si creo que tengo mucho por compartir, tal vez con la intención de que compartiendo provoque que los demás compartan conmigo y entonces así podamos enriquecer aún más la experiencia de esta vida.

Y es así como nace Kawsay.
(Lima, 9/12/2012 al mediodía, con el Sol en Sagitario)