Saturday, January 28, 2017

He-Man y también el Príncipe Adam

Terminando el 2016 salió la noticia de que He-Man había sido asesinado. Cuando se trata de temas de salud, yo me refiero a mí mismo como He-Man y me pienso como "el hombre más poderoso del universo". Tan tonto no soy y claro que voy al médico y me cuido, pero en el fondo tengo la sensación de que todo está y estará bien porque obviamente soy He-Man. Volviendo a la noticia, esta resalta la muerte de He-Man, el súper héroe, pero en realidad a quien asesinan es al Príncipe Adam, el Príncipe de Eternia y miembro de la Casa Randor, la personalidad humana y convencional del súper héroe. Cuando leí la notica me puse a pensar, si tuviera la oportunidad de ser un súper héroe por ratos y un humano convencional por otros, ¿me quedaría siendo súper héroe las 24 horas?, ¿para qué tener momentos de fragilidad humana si puedo ser invencible?. Ese pensamiento volvió a mi durante mi chequeo anual de la vista, cuando a diferencia de otros años me dijeron que había al raro, que mi nervio óptico estaba mucho más grande de lo convencional, que necesitaban hacerme exámenes más especializados para diagnosticar si estaba sufriendo de glaucoma y de ser el caso debía comenzar el tratamiento lo más pronto posible para evitar daños irreversibles. Como he hecho siempre, me disfracé de He-Man y pasé por todos los exámenes que me pidieron, me dilataron el ojo, me hicieron ver lucecitas, y en fin, todo lo que fuera necesario. Finalmente He-Man no le teme a nada y nada malo iba a pasar. Hoy día me tocó regresar a la clínica para que me dieran los resultados, así que me quise disfrazar de He-Man y no pude. No sé si no me quedaría bien el traje o qué habría pasado, pero hoy no funcionó. Hoy solo podía ser el debilucho Príncipe Adam y no me quedó más remedio que ir así. He-Man no tiene problemas y siempre va solo al médico, pero al Príncipe Adam si le hubiera venido bien un poco de compañía y sobretodo de soporte. Pero ya estaba todo coordinado, era tarde para pedir ayuda, así que no hubo más remedio que seguir el plan que era ir solo. El camino no fue tan malo, lo malo fue la espera, porque bien dicen que la espera desespera. ¿Y si me tienen que operar? ¿Cómo haré con el post-operatorio? ¿Y si la operación sale mal? ¿Y si no salgo de la operación?. No sé qué pasó de diferente esta vez pero no tenía como resguardo mi alucinada idea de sentirme indestructible. Ahora más que nunca tenía claro que el auto-engaño que algunos llaman ego y otros personalidad, termina siendo un muy eficaz escudo de protección y claro que una cárcel también. Pero ahora lo necesitaba de escudo de protección y no estaba. Como siempre tenía a mano un libro y por suerte uno muy interesante y pude distraerme un poco pensando en las ideas de otro, porque las mías eran terroríficas. Pasaron los minutos, la espera desesperaba más, finalmente salió la enfermera del consultorio 9, que era adonde me habían mandado, me llamó por mi nombre, me levanté, caminé con paso derrotado y entré al consultorio, como quien entra a que le lean su sentencia de muerte. El médico, con pinta de verdugo, me miró, me saludó y sin invitarme si quiera a sentar me dijo que me felicitaba, que todo está bien, que mi nervio óptico es diferente y más grande, pero porque así es de diferente y de grande, y a veces esas cosas pasan y entonces todo es normal y muchas gracias, que pase el siguiente ... Me alegré, obviamente, pero no fue la alegría de una victoria, fue más la alegría de quien casi cae pero no, ufff, me la libré. Una alegría de quien se siente aliviado, pero no triunfador. Me libré del glaucoma ahora, pero en unos años más vendrá otra cosa. Gané una batalla, pero de seguro perderé otras y finalmente soy consciente de que perderé la guerra. Fue un momento alegre, pero también fue un momento triste, porque me di cuenta de que mi He-Man si había muerto.

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