Friday, May 15, 2015

Familia, la que me toca y la que elijo

La verdad es que algunos de mis familiares me caen pesados y no los tolero, si hubiera tenido la oportunidad de escoger, francamente no los hubiera escogido. Si alguien se ofende al leer esto, lo siento, sóbate. Pero es una verdad, y no solo mía, sino que creo que le pasa a todo el mundo, además no es nada nuevo, pero lo más importante de todo es que escribirlo es francamente liberador. Pero por otro lado (porque por suerte siempre hay otro lado) existen algunos familiares que yo si hubiera escogido y volvería a escoger, pero ya no solo como parte de la familia extendida, sino de mi familia más cercana, la más nuclear y vital. Mi primo Martín, es en realidad mi hermano y debería haber tenido ese título, que lo tiene de forma honorífica pero además debería tener el título biológico. Siempre estoy en contacto con él, a pesar de que por cosas de la vida él vive en el otro lado del mundo. Pero ahora con la tecnología podemos estar en comunicación constante, eso se puede ahora, porque pasamos un montonón de años en que ninguno supo nada del otro, pero ahora ya nada de eso importa. Martín me llama cuando se le antoja, me llama mientras maneja bicicleta o mientras hace sus compras hablando en idiomas rarísimos, no me llama por ninguna razón específica, me llama porque ya pasó mucho tiempo sin llamarme y se le antoja hacerlo. Nuestras conversaciones comienzan sin tema, pero siempre terminamos hablando de cosas increíblemente personales y notablemente profundas, siempre musicalizamos nuestras conversaciones con sonoras carcajadas y siempre cortamos porque la vida continua y algo hay que hacer y nos interrumpe. Creo que podemos llegar a ser así de personales e íntimos porque siempre hablamos de nosotros. Cuando le cuento que algo me pasa o que siento, estoy convencido que eso es algo que a él también le pasa y que él también siente. No espero que me entienda o que se ponga en mis zapatos, estoy totalmente convencido de que sus zapatos son iguales que los míos, algo confirmado porque siempre me responde contándome una historia similar en donde en el fondo le pasa lo mismo. Mis historias son sus historias y al final terminamos con una historia en conjunto, que no solamente es de los dos, sino que decimos que es de la familia, y terminamos así riéndonos de nosotros y riéndonos con nosotros. Con Martín me puedo sentir parte de un grupo, de una familia, tal vez este sea el verdadero sentido de familia, uno que va más allá del vínculo biológico o genético. Físicamente no somos dos gotas de agua, me parezco mucho más a otros familiares con quienes no tengo este mismo nivel de conexión. Martín es mi primo por decisión de la vida, pero yo lo he escogido como mi primo favorito, como siempre le digo, pero en la práctica es mi hermano favorito. Me doy cuenta entonces que la familia comienza siendo lo que uno recibe, y que algunas veces no puede cambiar, pero termina siendo lo que uno quiere que sea y con quienes uno quiere que sea. Ahora puedo otorgar títulos familiares honoríficos de acuerdo a mis gustos, pero también de acuerdo a mis necesidades. Si pues, necesidades, no es solo cosa de gustar, sino también de necesitar del otro, de que se vuelva necesario en mi vida y claro, como fue necesario al comienzo de mi vida, cuando yo no podía elegir, eligieron por mí, pero ahora que las cosas son diferentes, tengo la libertad de hacer ciertas modificaciones, ajustes y cambios. Y la verdad, es que creo que nada de esto es nuevo, y que todos lo hacen. Pero escribirlo, ponerlo en blanco y negro lo hace más consciente, más claro, me hace más libre, más integrado. No tengo que querer a quienes me caen pesados, tengo que lidiar con ellos porque son "familia", pero por otro lado, si puedo querer a quienes me caen bien y con quienes disfruto compartir la vida y que son parte de mi familia honorífica porque los necesito.

A todos los que son parte de mi familia honorífica les agradezco la vida. Si sientes mi genuino agradecimiento en tu corazón ahora mismo que acabas de leerme, ten por seguro que eres un miembro importante de mi familia honorífica. Pero por si acaso estés confundido y no sabes si me estoy refiriendo a ti, ten por seguro que yo si te he dicho que te quiero mucho, y si no lo he dicho en palabras lo he demostrado en acciones. Pero si aún con eso no sabes si me refiero a ti, de seguro en algún momento te he dicho que eres mi algo, mi hermano/a, mi tío/a, mi primo/a, mi papá/mamá, mi maestro/a, mi profesor/a, mi chochera, mi gente, mi médico-de-cabecera y hasta mi hada-madrina, porque hasta personajes mágico-celestiales tenemos en esta familia. A todos Ustedes mi familia honorífica los quiero y les agradezco inmensamente por ser y por estar.  Sobretodo hoy día más que nunca, porque hoy me he pasado el día enfermo en casa y a ninguno de Ustedes he llamado (o molestado) pero es que recién ahora me doy cuenta que también los necesito, aunque sea para prepararme una sopa de pollo, pero estoy aprendiendo y para la próxima te llamaré, o intentaré hacerlo cuando menos.

Pedro Cotillo (a) "stripper emocional"

No comments:

Post a Comment